WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recibió créditos a un bajo interés, hace más de una década, de una petrolera en la que fue director, confirmaron el jueves unos documentos presentados ante la Comisión de Valores (SEC por sus siglas en inglés). Bush se habría beneficiado así de transacciones internas, según mostraron los documentos, exactamente iguales a las que ahora quiere ver prohibidas como parte de una campaña contra las irregularidades en las empresas. La Casa Blanca defendió al Presidente y aseguró que los créditos que la compañía Harken Energy Corp. otorgó a Bush en 1986 y 1988 fueron "totalmente apropiados y completamente divulgados" ante la SEC. "Lo que ha sucedido en los últimos años es que ha habido abusos y hay una necesidad de hacer reformas, y eso es lo que el presidente está haciendo", explicó Claire Buchan, portavoz de la Casa Blanca. Sin embargo, la noticia sobre los préstamos de Harken podría jugar a favor de los demócratas, que buscan empañar la imagen de Bush y de su gobierno en relación a los escándalos de irregularidades contables de varias grandes compañías, que han minado la confianza de los inversores. La información sobre los créditos fue publicada el jueves por los diarios "The New York Times" y "The Washington Post", y luego fue confirmada por los registros de la SEC. "Le coloca (a Bush) en una posición difícil para criticar a otros", dijo el demócrata Tom Daschle, líder de la mayoría en el Senado, quien instó al gobierno y a la SEC para que publiquen completamente los negocios de Bush con Harken Energy. Los créditos a tasas de interés bajas, que totalizaron más de 180.000 dólares, permitieron a Bush comprar 105.000 acciones de Harken a través de un programa de opciones de acciones para ejecutivos de alto rango, según varios documentos presentados por Bush y Harken Energy ante la SEC. Bush pidió el martes que las compañías eliminen la práctica de este tipo de créditos a ejecutivos como parte de un plan más amplio para contrarrestar los negocios ilícitos y las irregularidades contables. "Un banco propio" La costumbre de proporcionar créditos de bajo interés a los ejecutivos importantes ha ido creciendo en el mundo de las empresas, pero esa práctica comenzó a ser criticada después de que WorldCom Inc. informara el mes pasado que cometió amplias irregularidades contables. El ahora ex presidente ejecutivo de WorldCom, Bernard Ebbers, renunció en abril presionado por las enormes deudas de la compañía y un crédito personal de bajo interés, que recibió de la empresa. "Los ejecutivos no deben tener la posibilidad de tratar a una compañía que cotiza en bolsa como su banco personal", dijo esta semana un prominente funcionario del gobierno sobre la propuesta de Bush. La Casa Blanca esperaba que el llamado de Bush, un republicano, para que las empresas terminen con ciertas prácticas irregulares ayudaría a contener las repercusiones políticas del rosario de escándalos financieros que plagan al mercado casi a diario. En cambio, los índices bursátiles han caído a mínimos no vistos desde 1997 y los demócratas están haciendo énfasis en el tema, con la esperanza de que tenga eco entre los electores con miras a las elecciones legislativas de noviembre. "El gobierno haría bien en tomar su propia medicina y ser más transparente ante el público estadounidense", dijo el senador demócrata Robert Byrd. "Pese a todas las preocupaciones que expresó sobre la pérdida de confianza del público en el sector privado estadounidense, esta administración parece haber considerado poco la pérdida de confianza en el gobierno. Y, tarde o temprano, los números altos de las encuestas caerán, como siempre ocurre", agregó Byrd. De acuerdo a las presentaciones de la SEC, Bush recibió préstamos por 180.375 dólares con una tasa de interés de 5 por ciento, muy por debajo de la tasa de mercado en ese momento. Los documentos muestran que Bush pagó los préstamos en 1993 al transferir el resto de sus acciones de vuelta a la compañía. A cambio, recibió opciones de acciones por un monto equivalente a la suma de las acciones que transfirió. Bush ya estaba en la mira de las críticas por haber vendido 848.560 de dólares en acciones de Harken en junio de 1990, justo cuando era un miembro externo del directorio de la empresa y poco antes de que la compa Iía publicara unos resultados trimestrales negativos. El lunes, el Presidente dijo que no sabía por qué la transacción fue divulgada a la SEC 34 semanas después de la venta. Bush también ha tratado de eludir cuestionamientos sobre la venta que Harken hizo de una participación de 80 por ciento de la compañía en Aloha Petroleum Ltd., en 1989. En un acuerdo posterior con la SEC, Harken cambió la manera en la que registró la ganancia de la venta y rectificó sus resultados financieros para 1989 y para los primeros nueve meses de 1990. La forma en la que la compañía trató inicialmente la venta redujo significativamente las pérdidas que Harken reportó inicialmente para 1989. Como resultado del cambio contable, la pérdida de Harken de 1989 se amplió a 12,57 millones de dólares, en lugar de la pérdida de 3,33 millones de dólares que reportó inicialmente. Bush sostiene que no cometió irregularidad alguna. El miércoles, un grupo independiente enfocado en cuestiones legales, que tiene sede en Washington y en el pasado se ha concentrado en casos de corrupción en el gobierno, demandó al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, y a la compañía de servicios petroleros que éste dirigió de 1995 hasta el 2000. El grupo alegó que Cheney y la compañía Halliburton habían defraudado a los accionistas al exagerar los ingresos de la empresa.