MADRID.- El gobierno español calificó el viernes de "grave y preocupante" el desembarco de tropas marroquíes en la disputada isla de Perejil, cerca de Ceuta, en un incidente que ha añadido más tensión a las ya tirantes relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat.
El incidente representa, además, un bautismo de fuego para la nueva ministra de Relaciones Exteriores de España, Ana Palacio, quien instó el viernes a la serenidad aunque subrayó que Marruecos debía actuar para volver a la situación que existía anteriormente.
Miembros de las fuerzas armadas marroquíes desembarcaron el jueves en el desierto islote de Perejil, cerca del enclave español de Ceuta, en la costa norte marroquí, instalando dos tiendas de campaña y dos banderas de Marruecos, dijo la Oficina de Información Diplomática en un comunicado.
Marruecos dijo que había instalado "un puesto de observación" en la pequeña isla para reforzar la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal, "en particular en el Estrecho de Gibraltar", que separa España y Marruecos.
Un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos, citado por la agencia oficial MAP, dijo que el islote, que Marruecos llama Leila, se encuentra dentro de aguas territoriales marroquíes.
El funcionario marroquí dijo que el "islote fue liberado en 1956 al final del protectorado español (...) y que las fuerzas de seguridad marroquíes se han desplegado en él cuando ha sido necesario".
El secretario de Estado de Relaciones Exteriores español, Miquel Nadal, que defendió la soberanía española de la isla, calificó la situación de "grave y preocupante", aunque instó a la prudencia y a la espera.
"Ayer hubo contactos a varios niveles, se pidió que hubiese esa retirada, y yo creo que lo que procede es esperar y que Marruecos actúe en consecuencia", declaró a la radio RNE.
El incidente se produjo en víspera de las grandes celebraciones públicas previstas en el país norteafricano con motivo de la boda del rey Mohamed.
Difíciles relaciones
En declaraciones a radio Onda Cero, Ana Palacio -quien admitió que no podía recordar el pequeño islote de las listas de territorios españoles que aprendió en el colegio- dijo que la maniobra marroquí rompía con el Tratado de Amistad de 1991.
"La siguiente pieza a mover, espero que sea una vuelta a la situación que teníamos. Lo digo con toda firmeza", añadió.
Durante la gestión de su predecesor, Josep Piqué, las relaciones entre Rabat y Madrid se deterioraron hasta el punto de que en octubre el embajador marroquí en España fue llamado a consultas.
No se ha dado ninguna explicación, pero las relaciones se deterioraron por cuestiones como la inmigración, el tráfico de drogas, el conflicto del Sahara Occidental y la no renovación de un acuerdo pesquero entre Marruecos y la Unión Europea.
El último incidente se produce días después de otro altercado diplomático. A principios de mes, Rabat convocó al embajador español para preguntarle sobre el inesperado despliegue de cinco buques de guerra a 600 metros de la ciudad marroquí de Al Hoceima, en la costa mediterránea.
Aunque España gobierna desde hace cientos de años sus enclaves norteafricanos de Ceuta y Melilla, Marruecos reclama enérgicamente la soberanía de varias islas rocosas controladas por España a lo largo de su costa.
El tratado hispano-francés de 1912 que delimitaba la zona del Protectorado español de Marruecos no hacía referencia alguna a Perejil, pero tras la formalización del protectorado en 1956, el islote pasó, junto a Ceuta, a plena ocupación española.