BUENOS AIRES.- Cinco mujeres periodistas que pasaron la noche del jueves en la sede del legislativo argentino, encadenadas a un gran escritorio del Salón de los Pasos Perdidos, levantaron este viernes su protesta tras obtener garantías de que no se modificará el Estatuto de Prensa.
"Nos encadenamos en el interior del Congreso (argentino) para denunciar el intento de recortar derechos históricos de los periodistas", dijo este viernes a la AFP Ana María Careaga, dirigente gremial de los periodistas argentinos.
"La suspensión del estatuto de prensa arrastra con los derechos históricos de los trabajadores", dijo a su turno Lidia Fagale, dirigente de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).
Explicó que la decisión de establecerse en el Congreso se debió a que un juez suspendió la aplicación del estatuto en el marco de un conflicto laboral en una editorial.
Careaga, secretaria de Derechos Humanos del gremio, relató a la AFP que "fue un hecho sin precedente, recibimos el apoyo de legisladores de distintos partidos políticos, organismos de derechos humanos, sindicatos, y de la Organización Internacional de Periodistas (OIP) y de la Federación Latinoamericana de Prensa (Felap)".
Con el cansancio reflejado en el rostro, como huella de más de 24 horas de protesta en la sede del legislativo argentino, y con una pechera con las siglas de su gremio, Careaga sostuvo que "la impunidad no será eterna", confiada en que "lo que no pudo hacer la dictadura militar (1976-83) -derogar el estatuto de prensa- podamos seguir preservándolo".
Careaga, que tiene la doble nacionalidad argentina y francesa, estuvo cuatro meses desaparecida, a mediados de 1977, y alojada en el campo de tortura conocido como Club Atlético, a menos de mil metros de la Casa de Gobierno.
Su madre, Ester Ballestrino, ciudadana paraguaya radicada en Argentina y fundadora de Madres de Plaza de Mayo, fue secuestrada junto con otros familiares el 8 de diciembre de 1977, en un operativo comandado por el capitán Alfredo Astiz.
