SAN SALVADOR ATENCO, México.- Centenares de campesinos, quienes buscan evitar desesperadamente que el gobierno les expropie sus tierras para construir el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, amenazaron el viernes con matar a una decena de rehenes y provocar levantamientos en todo el país, a menos que la policía libere a sus compañeros arrestados durante una protesta.
Embozados y armados con machetes, los campesinos han amenazado también con matar a una docena de rehenes, incluido un subprocurador estatal y varios policías, a quienes retienen dentro del auditorio de este poblado a las afueras de la capital mexicana.
Amenazaron con atar a 12 rehenes, entre ellos un viceprocurador estatal y varios agentes de policía, a camiones cisterna e incendiarlos en esta comunidad de las afueras de la capital.
"¿Hasta dónde llegaremos?", preguntó el líder campesino David Pájaros el viernes a una multitud de residentes de San Salvador Atenco. "¡Hasta la muerte!", respondieron los inconformes.
El procurador general del estado, Alfonso Navarrete, dijo que 12 manifestantes podrían ser dejados en libertad bajo fianza más tarde en el día. El gobernador del estado de México, Arturo Montiel, dijo que las autoridades no negociarían la excarcelación de los otros dos manifestantes detenidos, quienes enfrentan graves cargos de provocar la violencia y acuchillar a un policía.
El viernes por la noche las autoridades de Toluca pusieron en libertad a tres de los 15 detenidos del jueves por "falta de pruebas directas" de participación en el ataque a la policía.
Pájaros dijo que los rehenes están "un poco espantados, como ustedes comprenderán, pero no han sufrido un rasguño".
Varios manifestantes del pueblo se levantaron el jueves ante las autoridades del estado central de México, luego que 16 personas resultaron lesionadas y otras 15 fueron detenidas más temprano, durante una protesta contra la construcción de la terminal aérea.
Frente a la plaza de este pueblo, donde muchos muros tienen pintadas consignas contra el nuevo aeropuerto, Pájaros dijo que ha conversado con grupos de campesinos en otros seis estados del país.
Advirtió que esos grupos estarían dispuestos a apoyar a los agricultores de San Salvador Atenco con bloqueos de carreteras, marchas y protestas.
Tratarían también de llegar a este poblado, puntualizó el líder, quien añadió que los manifestantes siguen el ejemplo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se rebeló hace ocho años en el estado sudoriental de Chiapas, para exigir respeto a los derechos indígenas.
No obstante, Pájaros prometió liberar a todos los rehenes si la policía suelta a los manifestantes detenidos.
El aeropuerto actual de la capital, con 91 años de antigüedad y enclavado en pleno oriente de la ciudad, no puede ser ampliado debido a que le rodean zonas habitadas. Sólo una pista puede ser utilizada a la vez.
El gobierno del presidente Vicente Fox aprobó los planes para la construcción de una terminal de seis pistas, que representaría una inversión de 2.300 millones de dólares y ocuparía buena parte del territorio de San Salvador Atenco y de otras comunidades aledañas.
Durante meses, los residentes han protestado contra los intentos del gobierno por expropiarles sus tierras para el proyecto, que ocuparía una superficie de 4.453 hectáreas.
Un decreto expropiador del gobierno da a los residentes 60 centavos de dólar por metro cuadrado de tierra, un precio que los campesinos consideran ridículo. Sin embargo, otros agricultores dicen que no venderían las tierras por ningún precio.
Varios automóviles incendiados de la policía, y algunos camiones de remolque bloqueaban las vías de entrada al pueblo, mientras el tránsito estaba paralizado el viernes en la mayoría de las carreteras circundantes.
Muchas personas caminaban el viernes por las carreteras cercanas, atestadas de vehículos, en busca de abordar algún autobús que las llevase a sus trabajos en la ciudad de México.
La primera riña comenzó poco después del mediodía del jueves, cuando decenas de agricultores, portando machetes, llegaron en una caravana de camiones y bloquearon un gran tramo de la carretera cerca de Santa Catarina, 40 kilómetros al noreste de la ciudad de México. Varias personas resultaron heridas, incluido un agente policial que fue acuchillado, mientras los inconformes y las autoridades se enfrentaban.
Casi una veintena de personas fue arrestada y horas después que el orden fue restablecido en Santa Catarina, otro grupo de manifestantes comenzó a bloquear las principales carreteras alrededor de San Salvador Atenco, dejando varados los vehículos provenientes de la capital.
Los manifestantes se enfrentaron con los agentes, capturaron a varios rehenes y tomaron vehículos de carga y de la policía.
Los dirigentes del movimiento afirmaron que la policía provocó la violencia, al atacar a los manifestantes con garrotes y escudos de plástico.