MONTEVIDEO.- El gobierno del presidente Jorge Batlle atravesó esta semana una de las más cruciales en el campo político y económico, en medio de grandes incógnitas sobre el inmediato devenir.
Con un peso vapuleado por un abrupto incremento del dólar el jueves cuando de 24 pasó a superar los 30 pesos y luego cerrar a 27 y bajar el viernes a 25, el gobierno enfrentó entre jueves y viernes fuertes cuestionamientos a sus políticas económicas en forma simultánea.
Enmarcados en un entorno regional financiero que tampoco conoce serenidad, los topes del dólar alcanzados esos días fueron los más altos desde que el 20 de junio el gobierno dejó 12 años de política cambiaria por el sistema de bandas y pasó a la libre fluctuación de la moneda.
La pregunta es cual será el rumbo que tomará el mercado de cambios.
En el aspecto político, el gobierno encaró una dura interpelación que la coalición izquierdista del Frente Amplio sometió al ministro de Economía, Alberto Bensión, pero que pese al montaje que se hizo del escenario, no lograron un voto de censura y ni siquiera otro de insatisfacción por falta de votos y consenso en la Cámara de Senadores de 31 miembros.
No obstante, la izquierda insistirá el martes en una censura y renuncia del ministro, algo que parece no ocurrirá.
Batlle, no sólo lo respalda sino que preservará la línea "de conducta que tenga como elementos centrales el equilibrio fiscal, el apoyo a la producción agropecuaria, la reducción del gasto público y la rebaja sensible de la participación del estado en las áreas industrial y comercial". Asimismo, se espera aprobar un paquete de leyes que tienden a una reactivación económica que ponga fin a la recesión iniciada en 1999.
Batlle que en su campaña proselitista que lo llevó a la casa de gobierno había dicho que al menos su gobierno sería "divertido", se vio, empero, jaqueado por el entorno regional y especialmente de sus vecinos Argentina y Brasil, calamidades como la aftosa en el ganado, caída vertical de las exportaciones, temporada de turismo sin turistas y combinado todo ha convertido a su mandato en poco menos que un calvario.
Negociados inesperados en bancos con apertura judiciales de investigación rodearon el aspecto financiero en los primeros seis meses del año donde el gobierno vio como una de sus consecuencias que las reservas monetarias que a fines de diciembre eran de casi 3.000 millones de dólares se vieran reducidas ahora a 1.177 millones de dólares. El lunes, apenas, esas reservas eran de 1.311 millones de dólares, según el informe del diario del Banco Central del Uruguay. Una pérdida de 134 millones de dólares en cinco días.
La incógnita es hasta cuando el Estado podrá seguir asistiendo con entrega de sus llamados ahora "activos de reserva" a las entidades con problemas por retiros de depósitos, en una manifestación de desconfianza sobre el sistema, sacudido por irregularidades que, adicionalmente, lo pusieron en el ojo de la tormenta.
En el orden doméstico, la devaluación del peso con respecto al dólar provocó temores adicionales en una economía fuertemente dolarizada donde los bienes transables en su mayoría se cotizan en esa moneda.
El otro aspecto es un recrudecimiento de la inflación que está mostrando síntomas alarmantes cuando en junio creció un 1.77% y 8.85% para los doce meses anteriores. Las previsiones para este año son de hasta un 15% de inflación contra 3.59% del año pasado.
El ministro Bensión anunció medidas para contener los aumentos de precios de productos alimenticios básicos.
Estas son algunas: bajarán a cero el arancel de 11,5% para la importación de trigo y la harina de trigo, y otras que faciliten la importación de carnes, aceites, arroz, frutas y verduras, con lo cual se espera que estos productos que han venido aumentando sin pausas sean contenidos.
Es la primera vez en los más de dos años del gobierno que llega a una instancia de este tipo dentro de sus políticas de libre mercado. Las circunstancias, empero, son más fuertes que las ideas.