SRINAGAR, India.- La policía india detuvo el sábado al líder de la principal alianza separatista de Cachemira y puso bajo arresto domiciliario a otros dirigentes, tras una manifestación de protesta contra la masacre de 28 hindúes, dijo un oficial de la policía.
Javid Mir, líder de la Conferencia de Todos los Partidos Hurriyat fue detenido cuando encabezaba una manifestación multitudinaria en Srinagar, en protesta por el ataque contra un barrio hindú de Jammu, la segunda ciudad más importante de la Cachemira india, ocurrido el pasado fin de semana.
El partido Hurriyat ha sido acusado en el pasado por las autoridades indias de abuso de poder en el estado de mayoría musulmana mientras que el grupo exige una investigación de la masacre.
Abdul Gani Bhat, el presidente de Hurriyat, que aglutina a casi dos decenas de grupos sociales, políticos y religiosos, y otros dos dirigentes, fueron puestos bajo arresto domiciliario tras la manifestación.
La policía lanzó gases lacrimógenos y usó porras para dispersar a los manifestantes en Srinagar, la capital de verano del estado de Jammu y Cachemira.
"Fin al apoyo estatal al terrorismo", gritaron los manifestantes mientras la policía dispersaba a los ciudadanos.
En un comunicado, Hurriyat pedía que organizaciones internacionales de prestigio condujeran la investigación sobre la masacre, que el gobierno indio sospecha fue llevada a cabo por activistas relacionado con el grupo prohibido Lashkar-e-Taiba, asentado en Pakistán.
Cachemira es objeto de un despliegue militar por parte de India y Pakistán, las dos potencias nucleares enfrentadas, que casi se enzarzaron en una nueva guerra el pasado mayo.
India dijo que sus tropas permanecerán en la frontera hasta que se asegure que Islamabad ha detenido el paso de activistas a la Cachemira india.
Islamabad ha prometido poner fin a las incursiones, pero ha exigido conversaciones para resolver la disputada de décadas sobre el territorio del Himalaya ubicado entre India, Pakistán y China.
Al menos una decenas de grupos rebeldes luchan en la parte gobernada por India de Jammu y Cachemira donde, según el gobierno indio, más de 33.000 personas han muerto desde que comenzó la revuelta en 1989. Los separatistas sitúan el número de muertos en más de 80.000.
Hurriyat defiende la celebración de un plebiscito para decidir si Cachemira debería plegarse a India o a Pakistán.