BUENOS AIRES.- El gobernador de la provincia argentina de Córdoba, José Manuel de la Sota, anunció este sábado su decisión de participar en las primarias de noviembre del Partido Justicialista (peronista), para elegir el candidato de las elecciones presidenciales de marzo de 2003.
"He decidido aceptar el desafío y voy a participar como candidato a presidente de la nación en las elecciones abiertas de mi partido", dijo el gobernador José Manuel de la Sota, rodeado de su familia, en un acto público realizado en su provincia, a 700 kilómetros de Buenos Aires.
El gobernador de ese poderoso distrito deberá enfrentarse en las primarias con el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), el primero en alistarse en la contienda luego del anuncio del adelantamiento electoral, quien buscará su tercer mandato.
También tendrá como contrincante al fugaz ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, quien gobernó el país por una semana en diciembre y abandonó el poder ante las protestas populares, luego de declarar la cesación de pagos sobre gran parte de la deuda pública de unos 133 mil millones de dólares.
El gobernador de la sureña provincia de Santa Cruz, el peronista Néstor Kirchner, quien confirmó su candidatura a la presidencia de la nación, no anunció aún si participará de las primarias o se presentará con un nuevo partido político.
La decisión es una alegría para el presidente Eduardo Duhalde, enemistado con Menem, luego de que su "delfín" para frenar las ambiciones del ex mandatario de acceder a un tercer mandato, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Carlos Reutemann, desistiera de participar de las primarias.
Duhalde, acosado por una severa crisis económica a la que aún no le encuentra la salida, decidió recientemente adelantar el proceso electoral convocando a elecciones presidenciales para marzo de 2003 en lugar de septiembre, al tiempo que las primarias se realizarán el 24 de noviembre.
"Argentina necesita ideas nuevas, hombres honestos y trabajo, mucho trabajo", afirmó De la Sota al anunciar su candidatura.
Con la oposición atomizada en varias agrupaciones, el peronismo tiene oportunidad de colocar nuevamente a uno de sus hombres en el Poder Ejecutivo, aunque sus dirigentes no gozan actualmente de gran popularidad.
Quien triunfe en las primarias internas peronistas, deberá enfrentarse con la candidata del partido Argentinos por una República de Iguales (ARI), la izquierdista Elisa Carrió, quien se proyecta con una importante intención de voto según distintas encuestas.
Por el partido Unión Cívica Radical, del ex presidente Fernando de la Rúa que debió renunciar en diciembre cuando miles de argentinos salieron a las calles a pedir su dimisión, surgieron distintos candidatos pero todos ellos con una muy baja popularidad, según los sondeos.
El presidente que resulte electo en marzo enfrentará numerosos desafíos, entre ellos el de remontar una recesión de más de cuatro años, reestructurar el colapsado sistema financiero -con depósitos de los ahorristas congelados- y renegociar la abultada deuda externa, sobre la que se declaró una cesación de pagos.
También deberá enfrentar la aún más compleja tarea de eliminar la pobreza, que afecta a la mitad de la población, de 36 millones de habitantes, y el desempleo, en un país donde una de cada cuatro personas económicamente activas no tiene trabajo.
