ANKARA.- El presidente del Parlamento de Turquía, Omer Izqi, suspendió hoy, por falta de quórum, la reunión extraordinaria de la Cámara que convocó hace cuatro días para discutir el adelanto de las elecciones en el país y su fecha.
A los pocos minutos de abrir la sesión, convocada a instancias de la oposición, y tras un recuento sumario de los diputados, Izqi la dio por cerrada al estar presentes en la sala menos de 184 de los 550 legisladores, el mínimo exigido por el reglamento.
En principio, Izqi convocó una nueva sesión para el 1 de septiembre, fecha solicitada previamente por el ahora principal grupo parlamentario, el del Partido del Movimiento Nacional (PMN), que forma parte de la coalición que gobierna el país.
Sin embargo es probable que esa reunión se adelante al 29 de julio o el 1 de agosto, según han anunciado que pedirán el PMN y otro socio del Gobierno, el Partido de la Madre Patria (PMP), que quieren convocar elecciones el 3 de noviembre.
El Consejo Supremo Electoral ha señalado que el plazo mínimo para preparar unas elecciones es de tres meses, lo que obliga a los partidos a adelantar su convocatoria, si quieren celebrarlas el 3 de noviembre.
Sólo el Primer Ministro, Bulent Ecevit, cuyo mal estado de salud desencadenó el pasado mayo la actual crisis política en Turquía, se muestra reticente a la convocatoria de elecciones, pese a que casi la mitad de sus parlamentarios han abandonado su grupo, el del Partido de la Izquierda Democrática (PID), que ha pasado del primer puesto al cuarto en la Cámara.
Hoy mismo, el ex ministro de Asuntos Exteriores Ismail Cem, que abandonó junto con otros seis ministros del PID el Gobierno de Ecevit, anunció oficialmente la creación del Partido de la Nueva Turquía, de tendencia socialdemócrata, con los tránsfugas de su antiguo grupo y nuevos apoyos.
El nuevo partido fue anunciado por Cem hace doce días, después de dejar el Gobierno, y pretende aplicar las medidas necesarias para facilitar una rápida entrada de Turquía en la Unión Europea.
El grupo de Cem cuenta también con el apoyo del todavía ministro de Economía, el independiente Kemal Dervish, antiguo vicepresidente del Banco Mundial y artífice de un acuerdo entre Ankara y el Fondo Monetario Internacional para sacar adelante la postrada economía turca.