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Ataque israelí perjudica conversaciones de paz en Medio Oriente

Las negociaciones que desde la pasada semana estaban celebrando ministros israelíes y palestinos para restablecer la confianza entre ambos bandos quedaron, una vez más, entre signos de interrogación.

23 de Julio de 2002 | 08:15 | EFE
JERUSALEN.- El ataque de la Fuerza Aérea israelí en Gaza, que causó doce muertos y alrededor de 150 heridos, se efectuó mientras se reanudaban unos contactos -cuya continuidad ahora peligra- para reducir la violencia y estabilizar la situación.

El objetivo del ataque, autorizado personalmente por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el titular de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, era Salah Shahada, jefe de los Batallones de Azedín Al Kasem, el brazo armado del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS), quien resultó muerto.

Las negociaciones que desde la pasada semana estaban celebrando ministros israelíes y palestinos para restablecer la confianza entre ambos bandos quedaron, una vez más, entre signos de interrogación.

Sharon declaró hoy, martes, en el Consejo de Ministros que la muerte del jefe de HAMAS "fue uno de los grandes éxitos de Israel en la lucha contra el terrorismo, un éxito que nos obliga ahora a estar más alerta" ante las amenazas de venganza de ese movimiento.

Con la muerte de Shahada, considerado el "terrorista más buscado" desde que hace 22 meses comenzó el alzamiento palestino o "intifada de la mezquita de Al Aqsa" por la independencia en Cisjordania y Gaza, pasó de sesenta el número de "asesinatos selectivos" de las Fuerzas Armadas de Israel contra sus jefes y dirigentes.

Según Sharon, el jefe de los batallones de Azedín Al Kasem, un combatiente islámico de origen sirio, había logrado reorganizar, después de ser desmantelado por Israel, el brazo armado de HAMAS en Cisjordania.

Portavoces del Gobierno israelí, duramente criticado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, lamentaron la muerte de inocentes pero señalaron que "la lucha contra los terroristas seguirá sin tregua".

La ANP anunció que solicitará una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y canceló las reuniones que varios de sus ministros celebraban con representantes de Israel.

Varios legisladores condenaron el ataque, entre estos el jefe de la oposición parlamentaria, Iosi Sarid, jefe del bloque pacifista Merets, quien dijo a la prensa que Shahada "es hijo de la muerte pero al Estado de Israel le está prohibido matar a inocentes".

La viceministra de Defensa, Dalia Rabin Pilosof, legisladora del Partido Laborista e hija del ex primer ministro Isaac Rabin, dimitió de su cargo por estar en desacuerdo con políticas del Gobierno.

El ataque perpetrado por un cazabombardero F-16, que lanzó uno de sus misiles contra el edificio de viviendas al este de la ciudad de Gaza, donde dormía Shahada con su familia, se produjo horas después de que el mentor de HAMAS, Ahmed Yasín, propusiera cesar los ataques de suicidas islámicos contra civiles israelíes si este país, a su vez, evacuaba las ciudades palestinas invadidas en Cisjordania.

El subdirector de información del Ministerio de Asuntos Exteriores, Gideon Meir, señaló a los periodistas que Shahada "era un conocido terrorista, responsable de centenares de atentados palestinos contra ciudadanos israelíes en los últimos años".

El ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, que conducía desde la semana pasada los contactos con ministros del Gobierno de Yasser Arafat, había confirmado, casi paralelamente con el anuncio del jeque Yasín, que Israel evacuaría las ciudades palestinas de Hebrón y Belén si los organismos de seguridad de la ANP se hacían cargo del orden.

La ANP ha calificado el ataque como "un crimen de guerra" destinado a "sabotear los esfuerzos" de la diplomacia internacional para poner fin a la crisis y estabilizar Oriente Medio.

En los organismos de seguridad, la muerte de Shahada se comparaba con el asesinato, en 1995, también en Gaza, del "ingeniero" Iejie Ayash, el máximo experto de HAMAS en explosivos, "ejecutado" por agentes secretos de Israel por medio de un teléfono celular cargado con 50 gramos de explosivo plástico.

Pero en este caso, la muerte de once civiles y el gran número de heridos parecen indicar, a diferencia de otros "asesinatos selectivos" planificados "con el bisturí de un cirujano", que se debió a un fallo o quizá a una negligencia por falta de información precisa.
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