EMOLTV

Papa criticó a sacerdotes pedófilos en multitudinaria misa juvenil

En la clausura de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró esta semana en Toronto, Canadá, Juan Pablo II afirmó que los escándalos sexuales que desde enero han sacudido a la Iglesia, eran fuente de vergüenza y tristeza para los católicos.

28 de Julio de 2002 | 11:58 | Agencias
TORONTO.- En la multitudinaria misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró esta semana en Toronto, Canadá, el Papa Juan Pablo II condenó hoy el abuso sexual de niños por parte de sacerdotes, y afirmó que este hecho era fuente de vergüenza y tristeza para los católicos.

En su primer discurso público sobre el tema en lo que va del año, el Papa señaló ante más de 500.000 personas, que los creyentes no deben permitir que los actos de unos pocos desvíen su devoción.

"Si ustedes aman a Jesús, aman a la Iglesia, no se sientan desalentados por los pecados y las fallas de algunos de sus miembros", dijo el Pontífice.

"El daño hecho por algunos sacerdotes y religiosos a los niños y a los más vulnerables, nos deja a todos con un inmenso sentimiento de tristeza y vergüenza", sostuvo el Sumo Pontífice durante su homilía.

Sin embargo, pidió a los miembros de la Iglesia que apoyen a la "gran mayoría" de clérigos virtuosos.

Juan Pablo II aseveró que los sacerdotes que abusan de niños, son una pequeña minoría y que las manzanas podridas de la Iglesia no deberían arruinar la imagen de una institución con unos 1.000 millones de miembros que hacen un gran bien en todo el mundo.

"Pienso en la gran mayoría de sacerdotes y religiosos dedicados y generosos, cuyo único deseo es hacer el bien", agregó el Papa.

"Hoy aquí hay muchos sacerdotes, seminaristas y personas consagradas, hay que estar junto a ellos y apoyarlos", agregó.

Desde enero de este año, la Iglesia Católica se ha visto sacudida por escándalos sexuales en todo el mundo, que han terminado con la carrera de cuatro obispos y cerca de 250 sacerdotes en Estados Unidos.

De hecho, un sacerdote de Washington fue suspendido este mes bajo acusaciones de abuso sexual, en el más reciente de los casos.

Asimismo, Juan Pablo II pidió a los jóvenes que no teman seguir el llamado de Dios a una vida de sacerdocio o consagrada.

"Ustedes son jóvenes, y el Papa está viejo y un poco cansado. Pero aún se identifica totalmente con sus esperanzas y aspiraciones", dijo.

"82 años de vida no es lo mismo que 22 ó 23", improvisó el Santo Padre, ampliando su discurso previsto.

"A pesar de que he vivido a través de mucha oscuridad, bajo duros regímenes totalitarios, he visto suficiente evidencia para estar completamente convencido de que ninguna dificultad, ningún miedo es tan grande como para poder sofocar la esperanza que despierta lo eterno en los corazones de los jóvenes", afirmó.

La misa celebrada hoy en el Parque Downsview, una ex base aérea en el norte de Toronto, fue el último evento de gran importancia en Canadá del Pontífice de 82 años, antes de que salga el lunes para Guatemala, en un viaje que también lo llevará a México.

Hasta el momento, lo más destacado de esta gira ha sido la gran recuperación que ha mostrado el estado de salud del Papa, quien aparentemente parece estar en franca mejoría.

Durante un viaje que realizó en mayo a Azerbaiján y Bulgaria, sus asistentes en el Vaticano se preguntaban si estaría en condiciones de realizar esta nueva gira en su integridad.

Sin embargo, en lo que va de su viaje papal número 97 al extranjero, Juan Pablo II se dirigió a la multitud en una voz relativamente fuerte, se mostró más vivaz y ha cambiado su programa varias veces para interactuar con la gente.

"Este es un caso en el cual el alma sigue llevando al cuerpo", dijo el portavoz papal, Joaquín Navarro Valls.

También durante la homilía de hoy, el Santo Padre dijo a los jóvenes que los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos habían dejado una marca del mal que ellos debían superar construyendo una civilización de amor y paz.

Agregó que el nuevo milenio comenzó con esperanza, pero también con el "terrible ataque terrorista contra Nueva York, una imagen que es una especie de ícono de un mundo en el cual parece que prevalecen el odio y las hostilidades".

Construir una nueva era

Dirigiéndose a la muchedumbre desde un altar ubicado debajo de una inmensa cruz amarilla, el Papa afirmó que los jóvenes deben ayudar a construir "una nueva era histórica" fundada en algo más que en la tecnología, la productividad y la eficiencia.

"La aspiración que está cultivando la humanidad, entre las innumerables injusticias y sufrimientos, es la esperanza de una nueva civilización marcada por la libertad y la paz", dijo con voz clara y fuerte.

"El futuro está en sus corazones y sus manos", sostuvo a las miles de personas que lo vivaron. "Dios les está confiando esa tarea, de por cierto difícil y que levanta el espíritu, de trabajar junto a él en la construcción de la civilización del amor", agregó.

En este sentido, Juan Pablo II animó a los jóvenes a no tener miedo, comprometerse con la difusión del Evangelio y humanizar al mundo.

"Con vuestra fe, esperanza y amor, con vuestra inteligencia, fortaleza y perseverancia debéis humanizar el mundo en que vivimos. El modo para alcanzarlo ya lo decía el profeta Isaías: suelta las cadenas injustas, comparte tu pan con el hambriento y cuando destierres de ti el gesto amenazador y la maledicencia brillará tu luz en las tinieblas", afirmó el Pontífice en español.

Reiteró a la muchedumbre que ellos son la sal de la tierra y la luz del mundo, subrayando el significado: los jóvenes deben conservar, mantener y difundir la fe (la sal conserva y mantiene sanos los alimentos) recibida de sus antepasados.

Agregó que la sal condimenta y da sabor a la comida, y que los jóvenes deben cambiar y "mejorar el sabor" de la historia humana.

Los jóvenes católicos comenzaron a reunirse desde las 05:00 horas locales (09:00 horas GMT) para la ceremonia, que comenzó casi 12 horas más tarde. Usando banderas como frazadas y cajas de cartón para protegerse de un clima lluvioso y ventoso, los peregrinos dijeron que sentían afortunados de poder ver desde tan cerca al líder espiritual.

El mecanismo de seguridad fue evidente, pero los peregrinos, vestidos con ropas de abrigo contra la lluvia, se lo tomaron con paciencia y matizaron la espera con plegarias.

"Quería estar aquí para mostrar mi fe y ver cómo me sigue marcando el camino", dijo Amy Otts, de 19 años, de Woodstock, en el estado norteamericano de Illinois.

"En la escuela secundaria se burlaban de mí llamándome 'fanática de Jesús' por ir a misa todos los domingos y porque no quería tomar alcohol ni drogas. Estoy muy contenta por haber resistido y haber llegado a donde estoy", agregó.

Al cerrar la Jornada Mundial de la Juventud, Juan Pablo II anunció que Colonia, Alemania, será la sede del próximo encuentro de jóvenes que se celebrará en el año 2005.

"Que el entusiasmo de este momento sea la chispa necesaria para a iniciar una nueva era de poderosos testigos del Evangelio. Deseo anunciar que la próxima Jornada Mundial de la Juventud se celebrará el año 2005 en Colonia", dijo el Papa.

Recordó que "en su catedral están las reliquias de los Magos, los sabios de Oriente que siguieron la estrella que les llevó a Cristo. Como peregrinos vuestro viaje espiritual a Colonia comienza hoy", concluyó el Santo Padre.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?