BAGDAD.- El Presidente iraquí, Saddam Hussein, describió este martes como "una broma" las afirmaciones de Estados Unidos y Gran Bretaña sobre las presuntas armas de exterminio masivo de Bagdad, dijo la oficial Agencia de Noticias Iraquí (INA).
"Los estadounidenses y los británicos (...) dicen que si se le dejara, Irak producirá éste y aquel tipo de armas y pondría su producción al servicio del terrorismo", declaró Hussein según citó INA.
"Tales palabras parecen una broma, pero en realidad están dirigidas a hacer daño", le dijo el líder iraquí a la Comisión de Energía Atómica de ese país y a un grupo de ingenieros y técnicos, de acuerdo con INA.
"Ellos tienen la intención de evitar que cualquier pueblo árabe o musulmán alcance el desarrollo (...) y éste es el malvado rumbo de Occidente y en particular de Estados Unidos, que está respaldado por el sionismo", senteneció Hussein.
Irak no ha permitido el retorno de los expertos en armamentos de las Naciones Unidas desde que éstos salieron en vísperas de bombardeos británicos y estadounidenses en diciembre de 1998, dirigidos a castigar a Bagdad por no cooperar con ellos.
El canciller iraquí, Naji Sabri, acusó el lunes a Estados Unidos de querer el retorno de los inspectores de armamentos a fin de actualizar la información de inteligencia para un posible ataque contra Irak.
En tanto, el Presidente estadounidense, George W. Bush, dijo este mes que su administración usaría todos los instrumentos a su disposición para derrocar a Hussein. Bush ha incluido a Irak en un "eje del mal" que apoya el terrorismo y desarrolla armas de exterminio masivo.
El gobierno de Saddam Hussein ha negado tales acusaciones, e incluso retó al Primer Ministro británico, Tony Blair, a probar que Irak fabrica armas de destrucción masiva.
Bagdad ha dicho que las conversaciones con la ONU sobre el retorno de los inspectores debería centrarse en levantar sus sanciones, que ya duran 12 años, y las zonas "de exclusión de vuelo" implementadas por Estados Unidos y Gran Bretaña en el norte y sur del país tras la Guerra del Golfo, en 1991.
Sabri y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, sostuvieron tres rondas de conversaciones, pero no lograron un acuerdo sobre el retorno de los inspectores de armas.
El reinicio de las inspecciones de armamentos es clave para la suspensión de las sanciones de la ONU, impuestas después de que Irak invadiera Kuwait en 1990.