JERUSALEN.- El atentado palestino contra un autobús en Galilea, en el que murieron hoy nueve pasajeros, ha evidenciado una vez más la impotencia de Israel para impedirlos, a pesar de que el Gobierno promete aplicar "medidas de alivio" a los palestinos.
Otro israelí murió en el ataque de un palestino armado, que también perdió la vida, contra fuerzas de la policía de fronteras, junto a la ciudadela antigua de Jerusalén. El jefe de la policía, Micky Levy, informó de otro muerto, un viandante palestino.
En medios palestinos se temía hoy que tras estos ataques el Primer Ministro, Ariel Sharón, cancelara una primera reunión con dos nuevos ministros palestinos, el de Interior, Abdel Razek al-Iejie, y el de Finanzas, Salam Fayed, prevista para la semana próxima.
También se desconoce si se celebrará en Washington la próxima semana una reunión de Al Iejie, responsable de los organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con el secretario de Estado, Colin Powell.
La policía, que informó además de más de 50 heridos, 9 graves y 2 en extrema gravedad, no determinó aún si el ataque contra el autobús, que se atribuyó el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS), fue perpetrado por un suicida o por otro medio.
Efectivos policiales buscaban a dos mujeres que descendieron del autobús, que viajaba desde la ciudad de Haifa a Safed, y de las que se sospecha que pudieron poner la carga explosiva en el vehículo. De momento, entre los muertos no se encontraba el supuesto suicida.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez los integristas no identificaron al supuesto suicida, aparentemente para evitar que Israel destruya la vivienda de sus familiares, según una reciente decisión del Gabinete de Seguridad Nacional que también incluye la posible deportación de parientes de los activistas palestinos.
Esta última madrugada, el Ejército israelí -de operaciones en el distrito cisjordano de Naplusa- demolió nueve viviendas de parientes de suicidas y de otros atacantes en distintos puntos de Cisjordania.
También en Sudanía, en la franja de Gaza, fuerzas israelíes destruyeron tres viviendas e instalaciones del Ministerio palestino de Juventud y Deportes, denunciaron fuentes de esa zona.
El Primer Ministro Sharón y los titulares de Asuntos Exteriores, Simón Peres, y de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, resolvieron hoy, a pesar de ese atentado, "establecer una clara distinción entre la población palestina y los terroristas, según fuentes oficiales.
Por ello se permitirá la entrada para trabajar en Israel a 12.000 obreros palestinos y también a 2.000 comerciantes a fin de aliviar la crisis económica en Cisjordania y Gaza.
El portavoz de HAMAS en Gaza, Majmud a-Zahar, afirmó que el atentado contra el autobús israelí "fue una venganza por los crímenes que los sionistas llevan a cabo a diario contra el pueblo palestino".
En Ramallá, el portavoz del Presidente Yaser Arafat, Nabil Abu Rudeina, se abstuvo de condenar el ataque de los integristas islámicos y lo explicó como "una reacción normal contra la política de Sharón y su escalada militar", en alusión a la ocupación militar israelí de las ciudades palestinas de Cisjordania.
El ataque contra el autobús fue el segundo después del también lanzado por HAMAS en la Universidad de Jerusalén, el miércoles pasado, para vengar a Salah Shajade, jefe de su brazo armado, muerto hace dos semanas en un bombardeo aéreo israelí en Gaza.
"Lo que Israel debe hacer es retirarse inmediatamente de los territorios palestinos ocupados y reanudar las negociaciones con los palestinos", dijo Abu Rudeina. "Esta es la única alternativa para la paz entre los dos pueblos", agregó.
Según fuentes palestinas, en las operaciones que el Ejército israelí lleva a cabo desde hace tres días en Naplusa "para destruir la infraestructura" de HAMAS, la Yihad islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, perdieron la vida tres palestinos y en medios hospitalarios se informaba de 120 heridos.
"El programa de la resistencia contra el enemigo continuará, por lo que los israelíes tienen que pensar bien si les conviene seguir con la ocupación", dijo hoy el doctor A-Zahar, portavoz de HAMAS.