ASUNCION.- Seguidores del ex general golpista paraguayo Lino Oviedo se movilizaron el lunes para exigir la renuncia del presidente Luis González Macchi, tres semanas después de protagonizar protestas que dejaron dos muertos y decenas de heridos.
"Senador González Macchi, usted debe renunciar en forma inmediata a la presidencia de la república por ser (un jefe de gobierno) ilegítimo, responsable de delitos contra los bienes del estado y los derechos humanos", dijo un comunicado de los oviedistas leído en un acto político en el centro de Asunción.
El documento, que exige al mandatario su dimisión "en el perentorio término de 24 horas", fue previamente presentado a la secretaría de la presidencia.
González Macchi llegó a la presidencia en marzo de 1999 desde la jefatura del senado --tras el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y la renuncia del entonces presidente Raúl Cubas-- por ser tercero en la línea de sucesión del poder.
El mandatario fue confirmado excepcionalmente en el cargo hasta el año 2003 por la Corte Suprema de Justicia, en un acto cuestionado por Oviedo y sus seguidores.
"Este gobierno está basado en la intolerancia, el maniqueísmo, la persecución y la ignominiosa instrumentación del poder judicial", dijo el comunicado firmado por el senador Guillermo Sánchez Guffanti, dirigente del partido Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (UNACE).
La agrupación se originó como escisión del gobernante Partido Colorado, que gobierna Paraguay ininterrumpidamente desde 1947, y es presidida por Oviedo desde su exilio en Brasil.
El documento citó una docena de actos delictivos de los cuales se acusa a González Macchi, cuyo gobierno atraviesa uno de sus peores momentos de impopularidad.
La lista incluye presuntas defraudaciones en la construcción de hospitales, desvíos de dinero de bancos intervenidos por el gobierno, el uso de un automóvil robado en Brasil como vehículo oficial y el ocultamiento del uso de dinero del presupuesto presidencial, entre otros hechos.
UNACE reunió para la denuncia a unas 6.000 personas frente a las plazas del Congreso, en el microcentro asunceno.
"Este gobierno ilegítimo está deslegitimado aún más por su absoluta ineptitud, irresponsabilidad y abierta corrupción de todos los que integran la administración", dijo un orador.
Los actos de protesta, que se extenderían hasta el martes, exigirán además la libertad de militares detenidos por un intento de golpe de estado de año 2000, y una amnistía general que beneficiaría a Oviedo, quien tiene pendiente una condena a 10 años de prisión por un intento golpista de 1996.
"Estamos saliendo de vuelta a la calle porque la situación ya es insostenible. Este presidente tiene que irse", dijo a Reuters Juan González, un dirigente campesino de la agrupación.
Oviedo espera que una amnistía le posibilite presentarse como candidato a la presidencia paraguaya en las elecciones generales previstas para abril de 2003.
Según encuestas de consultoras privadas, el ex militar sigue siendo el político más popular entre los electores, pese a estar interdicto por la justicia.
González Macchi, en cambio tiene el rechazo de 77 por ciento de la población, según los estudios de opinión.
En alianza con seguidores del vicepresidente Julio César Franco, UNACE organizó el 15 de julio manifestaciones y bloqueos de rutas que, tras varios choques con la policía, dejaron como saldo dos muertos, 57 heridos y centenares de detenidos.
Oviedo, de 59 años, está en Brasil en carácter de residente no permanente y el gobierno de ese país le advirtió que podría ser expulsado si insiste en promover actos violentos en Paraguay.
Sus seguidores aseguran que el ex militar nada tiene que ver con la nueva protesta y denuncian que el propio gobierno intentará provocar actos violentos para justificar una represión.
El ex general es acusado de ser el autor intelectual del asesinato del vicepresidente Argaña en un atentado callejero en 1999 y se le considera responsable de otros dos intentos de golpe, incluyendo el del 2000.
Tanto Oviedo como Argaña y González Macchi integraban el Partido Colorado en el momento del magnicidio.
