PARIS.— Un hombre fue declarado muerto y colocado en refrigeración en una funeraria la semana pasada, pero un empleado se dio cuenta de que estaba vivo, informó un hospital de Burdeos hoy lunes. El hombre murió posteriormente.
El hombre de 68 años, no identificado y que sufría cáncer en etapa terminal, fue declarado muerto el viernes en un asilo cercano a la ciudad sudoccidental de Burdeos. Un médico, llamado a la casa de descanso, emitió el certificado de defunción.
El cuerpo fue enviado a una funeraria en la cercana Macau, donde permaneció en refrigeración durante cinco horas. Un empleado que preparaba el cuerpo para su sepultura notó indicios de vida.
"Cuando yo... abrí la tapa, vi que su estómago se movía", dijo Laurent Besson a la televisora France-2.
El hombre fue trasladado al Hospital de la Universidad de Burdeos y sometido a terapia intensiva. Murió a las 10 de la noche del domingo.
La directora de medicina legal del hospital, Sophie Gromb, dijo que tales errores, aunque extraordinarios, no son totalmente improbables.
"Una persona puede experimentar pausas respiratorias, y si no hay pulso en ese momento, el sujeto puede ser declarado muerto", dijo. "La ley dice que está prohibido sepultar a alguien dentro de un plazo de 24 horas posteriores a la muerte, precisamente para evitar enterrar gente viva", agregó.
La identidad del médico que firmó el certificado inicial de muerte no fue divulgada.
La policía de la región de Gironda señaló que el hombre tenía cáncer en la garganta, pero que la causa de la muerte aún no ha sido determinada.
No se conoce si la refrigeración contribuyó a la muerte. Será practicada una autopsia esta tarde para determinar la causa de defunción, según el fiscal adjunto Jean-David Cavaille.
El asilo Clos Lafitte declaró poco en relación con el incidente: "No estamos escondiendo nada", dio la vocera a The Associated Press. "Todos los datos relacionados con este caso han sido entregados a la policía".