DRESDEN.- La que hasta hace algunas semanas era una ciudad tranquila, llena de vida al aire libre, y de personas disfrutando de decenas de actividades culturales aprovechando las cálidas temperaturas del verano, se ha convertido en protagonista de una "catástrofe nacional", en palabras del canciller alemán Gerhard Schroeder.
El centro histórico de Dresden, ciudad ubicada al sureste de Alemania casi en la frontera que separa al país de la República Checa, está inundado por las aguas del río Elba, el que debido a las intensas e inusuales lluvias que en los últimos días han afectado a la región, ha alcanzado niveles históricos no registrados desde 1845.
Miles de personas que viven en las riberas del río que cruza por el centro de la ciudad, y que habitualmente es navegado por embarcaciones repletas de turistas, han tenido que abandonar sus viviendas y acudir a albergues, ya que la crecida de las aguas ha inundado sus casas, y pone en peligro sus vidas.
El río Elba es alimentado por las aguas del Vltava, río que con su crecida ha causado la muerte de más de 80 personas en Praga, la capital de la República Checa. Pasadas las 10 de la mañana de hoy viernes el Elba superó su máximo nivel de aguas en más de 150 años, pasando los nueve metros de profundidad según indica la página web de la ciudad (http://www.dresden.de), por lo que más de 30 mil personas fueron evacuadas hasta la madrugada de hoy, tanto desde Dresden como de algunas localidades de los alrededores.
Este río que entra a Alemania por el centro-este y acaba en la nórdica ciudad de Bremerhaven, amenaza también a otras zonas, como Magdeburgo, Dessau y Brandeburgo donde las autoridades y organismos de emergencia trabajan desde ayer evacuando a los habitantes, fortaleciendo diques, llenando sacos de arena, y poniéndolos como barreras. Otras localidades afectadas son Dessau y Bitterfeld, sede de la empresa farmacéutica Bayer, donde otras miles de personas debieron ser trasladadas a lugares más seguros.
Se espera que cuando el Elba llegue al puerto de Hamburgo sus aguas hayan perdido fuerza y ya no constituyan una amenaza, aunque de todas formas autoridades anticipan que las cosechas se verán disminuidas en numerosos sectores debido a las inundaciones, lo que traerá cuantiosas pérdidas a la agricultura nacional.
El canciller alemán Gehard Schroeder, quien se encuentra en plena campaña política para ser reelegido en el cargo en los comicios que se efectuarán en el país el 22 de septiembre próximo, prometió millones de dólares de ayuda para reparar, en parte, los danos, que las autoridades del estado de Sajonia han avaluado en 1 billón de Euros.
También sostuvo que en estos días interrumpirá su agenda para visitar la zona, y llamó a la población de su país a hacer un esfuerzo conjunto y a ser solidaria con los afectados.
Ayer ya se entregó la primera parte de los cien millones de ayuda inmediata prometida, y aunque el programa de ayudas comprende otros tantos millones en créditos blandos y 10 millones de euros de respaldo inmediato a agricultores gravemente perjudicados, el canciller reconoció que, una vez que se haga una evaluación profunda de los daños, harán falta miles de millones para la reconstrucción.
Mientras, tropas alemanas y norteamericanas y ciudadanos voluntarios, trabajan arduamente transportando sacos de arena y construyendo pequeñas barreras con ellos, para evitar que el agua siga entrando en hogares y recintos públicos. Las labores se realizan contra el tiempo, y con el temor de que una represa cercana a la ciudad se rompa creando una nueva ola de inundaciones.
Hasta la noche del jueves, dos hospitales de Dresden habían sido evacuados, y sus pacientes fueron trasladados en ambulancias y helicópteros hasta otros recintos asistenciales de Sajonia.
Ayer las autoridades policiales hablaban además de 13 personas muertas en la zona, producto de la tragedia, y el servicio de trenes sigue sin poder funcionar, debido a los danos sufridos por la estación y las líneas férreas.
Arte amenazado
Dresden se caracteriza por tener una gran vida artística y cultural. De hecho cuenta con más de 35 museos, castillos antiquísimos que aún conservan muchas obras de arte, y que provocan al visitante la sensación de estar en otra época, y enormes iglesias que se ven desde casi toda la ciudad.
Hasta antes de la Segunda guerra Mundial, evento que destruyó casi por completo a Dresden, la ciudad era conocida como “la Florencia del Elba”, calificación que hoy en día intenta recuperar reconstruyendo grandes edificios y barrios, conservando la arquitectura original que tenían antes de los bombardeos aliados. Muchos de los recintos artísticos, famosos no sólo en Alemania, sino que en toda Europa, se han visto afectados por la acción de las aguas.
Es el caso del hermoso edificio de la ópera Samper, en el que en estos días se presentaba el espectáculo de ballet “Ilussions”, y que cada tarde reunía a cientos de personas que elegantemente vestidas, acudían a la obra. Hasta ayer el subterráneo del edificio estaba totalmente inundado, y voluntarios trabajan hasta hoy intentando sacar el agua del recinto.
La crecida del río ha obligado también a las autoridades a mover decenas de obras de los museos, como en el Albertinum, que también ha visto su planta baja afectada por la crecida de las aguas, como también la galería de arte y palacio Zwinger. Afortunadamente las obras fueron evacuadas a tiempo, por lo que no han sido afectadas, según han afirmado a los medios locales los encargados de los citados recintos.
En el resto de Alemania, que en estos últimos días, en general, ha disfrutado del sol y de temperaturas que han bordeado los 28 grados, ya se preparan voluntarios y campanas solidarias para ir en ayuda de la desvastada zona de Sajonia, y además de algunos lugares del estado de Baviera en el sur del país, que también se han visto afectados por las lluvias, aunque con menos danos.
Daño ecológico
El peligro en la zona no sólo proviene del nivel del agua. En las afueras de Praga, el río Moldava, uno de los afluentes del Elba, inundó casi totalmente la central química de Spolana Neratovice, lo que provocó que el cloro almacenado en el recinto contaminara las aguas.
Más al norte, parte de un dique no resistió el caudal del Elba en las cercanías de Bitterfeld, Sajonia, y las aguas removieron a su paso la zona donde estaban las antiguas fábricas químicas de la RDA, que en su subsuelo almacenaban residuos tóxicos sin ningún control.
El Ejército alemán asegura que el agua se ha embalsado en una cantera y que, por el momento, la situación está controlada.