TOKIO.- El juicio a un ex contador de una firma de viviendas públicas en Japón parece tenerlo todo: sexo, avaricia, engaño, corrupción asiática, y si eso no fuera suficientemente interesante, están los 800 millones de yenes (unos 7 millones de dólares) con que huyó su esposa chilena.
Yuji Chida, un ex contador del norte de Japón, admitió en la sesión inicial del juicio haberse apropiado de 1.450 millones de yenes (12,36 millones de dólares) a la largo de varios años, hasta su arresto en diciembre.
La fiscalía y funcionarios de la firma donde trabajaba Chida dicen que más de la mitad del dinero fue a parar a manos de su esposa, Ana Alvarado, a quien Chida aparentemente conoció en 1997, cuando derrochaba su dinero en el distrito Roppongi de Tokio, de dudosa reputación.
Después de que se casaron, Alvarado regresó a Chile y comenzó a comprar cosas -un restaurante de lujo, un club nocturno y un par de centros médicos, por sólo nombrar algunas- y se niega a devolver su recién adquirida fortuna.
En respuesta a las exigencias de que devuelva el dinero, Alvarado compareció en un programa de televisión en Chile a inicios de este mes para decir que consideraba que era una justa compensación por el tiempo que pasó en Japón como "esclava sexual".
"En Asia usan a las latinas como esclavas", dijo Alvarado, quien ofreció descripciones gráficas de las veces que fue obligada a tener relaciones sexuales 30 veces al día con empresarios japoneses.
Incluso antes de la admisión televisada de Alvarado, los fiscales ya sabían dónde estaba el dinero. La chilena de 29 años había escrito un libro titulado "Mi nombre es Anita Alvarado", que estuvo en la lista de los más vendidos en Chile.
Los japoneses no están nada complacidos con la idea de que Alvarado construya un imperio de negocios con el dinero de los contribuyentes del país, cuya economía está estancada.
"La gente aquí está muy molesta con todo esto. Muchas personas han estado llamando para quejarse", dijo Takashi Inoue, funcionario de la Corporación de Préstamos para Viviendas Aomori donde trabajaba Chida.
"Se apropió de una cifra muy grande de dinero, especialmente teniendo en cuenta que la economía está tan mal", aseguró.
La corporación es una de las miles de firmas públicas en Japón que hacen todo, desde carreteras hasta plantar árboles.
Masaru Nakatsubo, periodista de un diario local, dijo que la gente no sólo está molesta con Chido. "Ellos están molestos con sus superiores, que permitieron que tanta cantidad de dinero desapareciera", dijo. ¶
En los últimos días han aumentado las esperanzas de que los residentes de Aomori puedan recuperar parte del dinero. Diarios chilenos reportaron a inicios de esta semana que un tribunal de Santiago decidió subastar la lujosa mansión de Alvarado, a nombre de la corporación japonesa.
Chida ha dicho que desea divorciarse, lo que le daría derecho a la mitad del dinero. Medios de prensa chilenos reportaron que Alvarado dijo que destruiría la casa antes de que el tribunal se apropiara de ella.