El delito de Amina Lawal fue quedar embarazada poco antes de que se cumplieran dos años de su divorcio.
FUNTUA, Nigeria.- Una corte de apelaciones del norte de Nigeria confirmó hoy la condena a muerte por lapidación contra Amina Lawal, de 31 años, quien fue acusada de adulterio.
Tras cinco semanas de deliberaciones, los cuatro jueces que se rigen por la "sharia" (ley islámica) anunciaron el fallo en Funtua (Estado de Katsina), en un caso que aumenta la tensión en el país, dividido por motivos religiosos.
La sentencia sorprendió a las organizaciones de derechos humanos que apoyan a Lawal, que criticaron el fallo y anunciaron que apelarán a la Corte Suprema del país, última instancia de apelación que le queda y que se rige bajo el derecho civil y no el islámico.
El delito de la mujer fue quedar embarazada poco antes de que se cumplieran dos años de su divorcio, lo que según la "sharia" es considerado adulterio. La ley islámica fue introducida en 12 estados musulmanes del norte del país en los últimos dos años, por lo que el país se encuentra jurídicamente dividido entre dos sistemas diferentes.
De concretarse el fallo, Lawal podría ser la primera mujer que es lapidada en Nigeria por adulterio.
En marzo la mujer fue condenada por un tribunal pese a que no recibió asistencia jurídica. Poco después la sentencia fue pospuesta por dos años, para que en ese tiempo se dedique a criar a su hija Wasila, que tiene ocho meses. Sin embargo, su familia debe entregarla en enero de 2004 para la ejecución.
Lawal es la segunda mujer condenada a muerte por adulterio, luego del caso de Safyia Hussaini, madre de cinco niños y que fue finalmente liberada por una corte islámica de apelaciones en Sokoto en marzo pasado.
Los casos de ambas han atraído la atención internacional y causado tensión en Nigeria. El Gobierno del Presidente Olusegun Obasanjo declaró anticonstitucional la "sharia", pero hasta ahora no se ha enfrentado con los tribunales islámicos.
Zamfara fue el primer Estado en introducir la ley islámica en 1999, y ha cumplido ya numerosas sentencias de amputación de miembros y latigazos.
"Un musulmán no debe ser castigado de forma más severa por un delito que otro nigeriano cualquiera", dijo en marzo pasado el ministro de Justicia, Godwin Agabi.
Algunos comentaristas creen que el caso puede convertirse en una nueva batalla por el poder en este país dividido por la religión, justo antes de las elecciones presidenciales de mayo próximo.