MONTEVIDEO- El Presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, al iniciar este martes una visita de 27 horas a Montevideo, revivió la propuesta de crear una moneda común en el alicaído Mercosur, al amparo de la coincidencia macroeconómica impuesta por la crisis, de libre flotación del tipo de cambio en Argentina, Brasil y Uruguay.
Cardoso viajó a Uruguay, en reciprocidad a la visita del Presidente uruguayo Jorge Batlle en abril pasado a Brasil, para expresar la solidaridad de su país con Uruguay, en una de las peores crisis de su historia, que podría traducirse en más oportunidades de negocios e inversiones.
En un discurso de 45 minutos ante la Asamblea General Legislativa de Uruguay, el Presidente brasileño planteó "el sueño de la moneda común", por segunda vez este martes durante su visita a Montevideo.
Cardoso había realizado un planteo similar al llegar este martes a la capital uruguaya, cuando, en una breve declaración a la prensa, dijo que "casi por casualidad las monedas (de Argentina, Brasil y Uruguay) se colocaron en cierto alineamiento", en referencia a libre flotación del tipo de cambio.
"Ese alineamiento permite que soñemos otra vez con la moneda común, pero no para mañana", afirmó el jefe del Palacio de Planalto.
Ante la Asamblea Legislativa, en la que participaron como invitados el ex Presidente Julio Sanguinetti, el líder histórico del Frente Amplio (izquierda), Líber Seregni, y varios integrantes del gabinete ministerial, Cardoso recordó que años atrás la moneda única del bloque le "parecía algo muy remoto".
En aquel momento, propuso un "pequeño Maastrich" (en alusión al tratado europeo que terminó con la creación del euro), con metas macroeconómicas comunes, pero con diferentes sistemas monetarios "no había cómo hacer una coordinación" en ese campo, cosa que cambió con la libre flotación en Argentina, Brasil y Uruguay, indicó.
El jefe del Palacio de Planalto mantuvo en la jornada una entrevista con Batlle, a cuyo término no hubo declaraciones ni informaciones; después visitó el Palacio Legislativo y la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
En su discurso ante el Comité de Representantes de la ALADI, el jefe de Estado brasileño sostuvo que los organismos multilaterales de crédito carecen de respuestas para prevenir las crisis y las turbulencias en los países, y que estas afectan en mayor medida a las economías medianas.
"Todas las instituciones internacionales se han quedado cortas frente al desafío que hay en el mundo de hoy. No disponemos de instituciones capaces de actuar con anterioridad y con la previsión suficiente para evitar que de pronto una turbulencia puede ocurrir", señaló Cardoso, al tiempo que calificó de "grave" esta situación.
Acompañan al Presidente en su periplo uruguayo el vicePresidente Marco Maciel, el canciller Celso Lafer, los Presidentes de ambas cámaras, Ramez Tebet (Senado) y Aecio Neves (Diputados), así como de una delegación empresarial.
Cardoso conversará el miércoles con los jefes políticos de los principales partidos uruguayos, los ex Presidentes Julio Sanguinetti del oficialista Partido Colorado (centroderecha) y Luis Lacalle de Partido Nacional (centroderecha), y con el ex intendente de Montevideo, Tabaré Vázquez, del Encuentro Progresista Frente Amplio (EPFA, izquierda).
Además, tendrá un encuentro con empresarios y al fin de su visita presidirá con Batlle la ceremonia de firma de un tratado para revitalizar en forma conjunta la región fronteriza entre ambos países.
Al aludir a la crisis económica que sufren los países de la región, en especial Argentina (en cese de pagos) y Uruguay (pérdida en el año de 45% de sus depósitos bancarios y del 82% de sus activos de reserva), Cardoso fustigó en el Parlamento a la calificadoras internacionales de riesgo y a "algunos sectores financieros" que "insisten en que no paguemos, asfixiándonos para que no paguemos" (las deudas soberanas).
Desde la modificación de la política monetaria en Uruguay, el 20 de junio, el peso uruguayo se depreció cerca del 40% y el país recuperó competitividad con sus vecinos, que habían liberado el tipo de cambio el 14 de enero de 1999 Brasil, y al inicio del 2001 Argentina.
La aspiración de Cardoso de lograr mayor adhesión al Mercosur puede chocar con la convicción de Batlle de que Uruguay debe buscar mercados y tratados comerciales fuera de la región, aún contra los intereses de Brasil.