LONDRES.- Gran Bretaña se apartó el jueves de la posición de su aliado Estados Unidos, diciendo que su principal objetivo en Iraq es lograr que retornen a ese país los inspectores de armas.
En declaraciones que subrayaron las diferencias entre Washington y Londres, el ministro de Relaciones Exteriores, Jack Straw, dijo que la principal amenaza era la sospechada capacidad del gobierno del Presidente Saddam Hussein de desarrollar armas de exterminio masivo.
El Presidente norteamericano, George W. Bush, ha hecho del "cambio de régimen" en Iraq una de sus prioridades de política exterior, alegando que Hussein desarrolla armas de exterminio masivo y debe ser detenido antes de que las use contra Estados Unidos y sus aliados, o las comparta con grupos terroristas.
"Lo que preocupa a todo el mundo (...) es particularmente la amenaza que representa Saddam Hussein tanto por su capacidad y su récord para la seguridad de la región y la seguridad del mundo", dijo Straw a la radio de la cadena británica BBC.
"La mejor forma de tratar de aislar y reducir esa amenaza es mediante la introducción de inspecciones de armas", dijo. "El tema crucial aquí son los inspectores de armas".
El Primer Ministro británico, Tony Blair, ha indicado que respaldaría cualquier acción militar encabezada por Estados Unidos, pero enfrenta una creciente oposición de miembros de Partido Laborista, líderes de la iglesia y, de acuerdo con algunos reportes, miembros de su propio gabinete.
Al preguntársele sobre si había una coalición internacional que respaldaría una acción militar contra Iraq, Straw eludió la pregunta, y dijo en cambio: "Lo que hay es un abrumador consenso internacional contra lo que Saddam Hussein está haciendo y dejando de hacer en Iraq".
Bush dijo el miércoles que seguiría consultando con sus aliados sobre el tema de Iraq, pero repitió su opinión de que "un cambio de régimen beneficia al mundo".
Straw dijo que Gran Bretaña estaría, por supuesto, contenta si Hussein fuera a ser derrocado, pero enfatizó: "La parte clave de nuestro enfoque es lograr el retorno de los inspectores".
"Tenemos que decir que una acción militar sigue siendo una opción (...) por la amenaza que representa Saddam Hussein. Pero si hay otra manera de lidiar con esa amenaza, entonces simplemente el caso para una acción militar se desvanece".
Diferencias entre aliados
Menzies Campbell, portavoz de Relaciones Exteriores de los opositores Demócratas Liberales, dijo que las declaraciones de Straw ponían en evidencia una clara disputa entre los aliados trasatlánticos.
"Las declaraciones del ministro de Exteriores sitúan a Gran Bretaña en una posición muy diferente de la de los elementos radicales en el gobierno de Bush", dijo en una declaración.
Pero un portavoz de la cancillería rechazó esa afirmación.
"Estados Unidos y otros miembros del Consejo de Seguridad (de las ONU) han pedido en numerosas ocasiones la reintroducción de las inspecciones de armas en Iraq. Y Estados Unidos ha puesto en claro, como nosotros, que no se ha tomado una decisión de lanzar una acción militar".
Los expertos en armamentos de las Naciones Unidas, que entraron en Iraq tras la Guerra del Golfo de 1991, inspeccionaron y destruyeron armas antes de salir del país en diciembre de 1998, en vísperas de bomberos británicos y estadounidenses.