BERLIN.- El canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schroeder, y su rival en las elecciones legislativas del 22 de septiembre, el líder de la oposición conservadora y Premier bávaro, Edmund Stoiber, libraron el primer duelo pre-electoral televisado de la historia de Alemania, del que el jefe de Gobierno pareció salir vencedor, según las primeras encuestas de la televisión alemana.
Tanto en simpatía (57% frente a 37%), como en competencia para resolver asuntos de Gobierno (48% frente a 41%) y en credibilidad (51% frente a 39%), Schroeder superó a su rival conservador, de acuerdo con esos primeros sondeos.
Sin embargo, sorprendió el hecho de que Stoiber, un político no mediático como Schroeder, apareciera "mejor de lo esperado" para muchos telespectadores (33% frente al 42%), según el primer canal de la televisión alemana (ARD).
El debate, aguardado con gran expectación por la opinión pública alemana, duró 75 minutos y fue seguido por una audiencia de más de seis millones de personas.
Aunque en cuanto al contenido de la discusión no hubo novedades en las posiciones ya conocidas de ambos candidatos, Stoiber pareció más convincente y mejor preparado que Schroeder en este duelo.
El canciller incluso se precipitó en algunas respuestas sin esperar a las preguntas de los dos periodistas que condujeron el programa, mientras que su rival se atuvo a las estrictas reglas preestablecidas del debate.
Durante 45 de los 75 minutos que duró la confrontación, ambos candidatos se concentraron en analizar el tema central de esta campaña, el desempleo, que afecta a más de cuatro millones de personas en Alemania, y la política impositiva del actual Gobierno de coalición socialdemócrata-verde.
Otros 10 minutos estuvieron dedicados al tema de la política de inmigración en Alemania y un lapso similar a la política del actual Gobierno sobre la cuestión de Irak.
Schroeder reiteró que considera "errónea" la política de Estados Unidos hacia Irak y que Alemania no apoyará una intervención militar bajo su Gobierno.
Stoiber, por su parte, criticó a Schroeder por su denominada "vía alemana" en esta cuestión e insistió en que Alemania, aunque debe salvaguardar sus intereses nacionales, por razones históricas no puede tomar "un camino que no sea el europeo".
En realidad, ninguno de los dos candidatos sobreestimó las repercusiones de este debate, ya que ambos son conscientes de que sus efectos se sienten fundamentalmente entre los respectivos simpatizantes. Los analistas estiman que más que el debate en sí, será la influencia posterior de los medios de comunicación la que tendrá un mayor peso sobre la opinión pública.
Al parecer, la eficaz gestión del canciller Schroeder en la crisis de las catastróficas inundaciones que ha sufrido Alemania en las últimas semanas le ha dado un aumento del apoyo popular.
Las encuestas de opinión registraron en los últimos días un ascenso (del 34 al 36%) en los porcentajes de intención de voto para el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y un ligero descenso (del 40 al 39%) de los demócratacristianos (CDU/CSU).
El debate televisado, controlado por un notario, se rigió por estrictas reglas acordadas en los últimos días por los ayudantes de ambos candidatos. El segundo debate tendrá lugar el 8 de septiembre y será transmitido por los canales públicos de la televisión alemana.