JOHANNESBURGO.- La Cumbre de la Tierra fue inaugurada hoy con un llamado a una acción coordinada a nivel internacional para combatir la pobreza y proteger el medio ambiente.
"Los pueblos del mundo esperan que esta cumbre mundial cumpla con su promesa de ser una adecuada culminación a una década de esperanzas", dijo el Presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, a los delegados al iniciarse la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible.
La reunión, que se prolongará por 10 días, y considerada la mayor en la historia de la ONU, tiene como propósito implementar medidas para reducir a la mitad los 1.000 millones de personas que carecen de acceso al agua potable, y las 2.000 millones que no cuentan con instalaciones sanitarias adecuadas.
Tiene el fin de desarrollar planes específicos para dar a los pobres acceso a la electricidad y a cuidados de salud, revertir la degradación de las tierras agrícolas y proteger el medio ambiente global.
"El mundo evidentemente está de acuerdo en que es necesaria la solidaridad internacional para luchar contra la pobreza y la inequidad", dijo Mbeki ante los delegados.
"Una sociedad humana global basada en la pobreza de muchos y la prosperidad de unos pocos, caracterizada por islas de riqueza, rodeadas de un mar de pobreza, es insostenible", agregó Mbeki.
"El mundo ha llegado a ser una aldea global. La supervivencia de todos en esta aldea demanda que desarrollemos un consenso universal para actuar juntos y asegurar que no siga existiendo ningún río que divida nuestro hábitat común en partes pobres y ricas", señaló.
Pero algunos activistas temen que las naciones más ricas saboteen cualquier intento por concretar los acuerdos adoptados en la Cumbre de la Tierra anterior, realizada en Río de Janeiro en 1992.
"Es importante para nosotros que la visión alcanzada en Río no sea erosionada", dijo Goh Chien Yen, funcionario de la Red del Tercer Mundo.
Países en vías de desarrollo quieren que Occidente aumente la ayuda y brinde mayor acceso a sus mercados. Estados Unidos y otros países occidentales, por su parte, se niegan a ampliar sus planes de ayuda en ocasión de esta cumbre.
El jefe de la delegación norteamericana, el subsecretario de Estado, John Turner, dijo: "No vemos la necesidad de nuevos objetivos. Creemos que la mejor prueba (de las intenciones de los países industrializados) es la acción que se despliegue en el terreno".
En sus discursos de apertura, tanto Mbeki como el secretario general, Nitin Desai, subrayaron que los documentos finales deben contener agendas y objetivos específicos.
Muchos defensores del medio ambiente criticaron la ausencia del foro del Presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Se estima que unos 100 líderes mundiales asistirán a la reunión.
Primeras protestas
Cuando comenzaba la cumbre, activistas de Zimbabwe y Etiopía protestaron pacíficamente y acusaron a sus gobiernos de manipular las elecciones.
Vigilados por gran número de policías antimotines, unos 200 miembros del opositor Movimiento para el Cambio Democrático de Zimbabwe marcharon por las calles del suburbio Sandton, en Johannesburgo, demandando nuevas elecciones y la renuncia del Presidente Robert Mugabe.
Los manifestantes llevaban carteles en que se leía: "Mugabe mata de hambre a su propio pueblo" y "Nuevas elecciones ahora".
Zimbabwe ha sufrido más de dos años de violencia política, de la que muchos culpan al partido gobernante. Una elección presidencial realizada en marzo, que devolvió a Mugabe el poder, estuvo plagada de irregularidades, según observadores locales e internacionales.
Más temprano, unos 20 miembros del Frente Oromo de Liberación, de Etiopía, protestaron demandando lo que describieron como el fin de la persecución gubernamental.
Los líderes del frente abandonaron el país o se pasaron a la clandestinidad después de renunciar a un Gobierno de transición en 1992, y acusan al gobernante Frente Popular Democrático Revolucionario de manipular las elecciones.
Un cordón policial evitó que ambos grupos se acercaran al centro de conferencias donde se realiza la Cumbre de la Tierra.
Otras protestas están planeadas para los 10 días que durará la reunión. Por esto, unos 8.000 guardias de seguridad han sido desplegados para patrullar el centro de conferencias.