GAZA.- Las Fuerzas Armadas de Israel, que hoy miércoles buscaban un supuesto contrabando de armas y explosivos por el Mediterráneo frente a la costa de Gaza, siguen sus sistemáticas operaciones para desmantelar a la resistencia palestina.
Tropas combinadas del Ejército de Tierra, de la Fuerza Naval y helicópteros de la Fuerza Aérea tomaron parte en la operación, bajo la luz de bengalas, y destruyeron un número indeterminado de toneles flotantes que, supuestamente, llevaban armas y explosivos.
Al concluir la espectacular operación esta mañana, las autoridades militares se limitaron a informar de que habían destruido los toneles, uno de los cuales estalló por los disparos.
La acción siguió a un ataque de la resistencia palestina, con un proyectil de mortero "Al Kasem" contra un asentamiento israelí en Gush Kativ, en el sur de la franja de Gaza, y en el cual resultó con grandes destrozos la vivienda de una familia de colonos judíos.
Las hostilidades coinciden con esfuerzos diplomáticos para aplicar un pacto destinado a una retirada del Ejército israelí de territorios pertenecientes a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Fuerzas de seguridad apresaron o mataron últimamente a varios jefes del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS), de las Brigadas de Al Fatah y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en Cisjordania, donde -al contrario de Gaza- se redujo notablemente el número de ataques contra objetivos israelíes.
No obstante las amenazas de tomarse la venganza, el último ataque palestino en territorio de ese país se registró el pasado domingo 4, cuando un suicida de HAMAS, con la aparente complicidad de siete ciudadanos árabes de Israel, arrestados esta semana, se inmoló en un autobús de línea y causó la muerte a nueve de sus pasajeros.
Al intensificarse los ataques palestinos en la franja de Gaza, el ministro de Defensa de Israel, Benjamín Ben Eliezer, canceló una reunión prevista para esta noche con el ministro del Interior de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abdel Rezak al-Iejie.
Al-Iejie y Ben Eliezer habían pactado hace diez días un acuerdo para la retirada gradual del Ejército israelí de zonas palestinas autónomas, entre ellas de la franja de Gaza, a condición de que las fuerzas de seguridad de la ANP impidieran ataques de la resistencia.
Las facciones del alzamiento (intifada) contra la ocupación y los asentamientos israelíes en Gaza y en Cisjordania rechazaron ese acuerdo, en el cual ven un intento de Israel para "liquidar la resistencia y perpetuar la ocupación" de esos territorios, que reivindican para crear un Estado palestino independiente.
Merced a ese pacto, el Ejército israelí evacuó la semana anterior la planta urbana de la ciudad cisjordana de Belén, que volvió a la normalidad al tomar el control los organismos policiales de la ANP, que impiden la presencia de grupos armados de la resistencia.
Israel reocupó siete de las ocho ciudades palestinas autónomas de Cisjordania y estableció barreras militares que dividieron la franja de Gaza para "combatir contra la infraestructura terrorista" tras una serie de ataques palestinos en Jerusalén y Tel Aviv.
Durante la "intifada", que cumplirá dos años en setiembre próximo, perdieron la vida más de 1.700 palestinos y más de 600 israelíes, en su gran mayoría civiles, y ciudadanos de otras nacionalidades en atentados suicidas en ciudades de ese país.
Dos activistas palestinos del alzamiento resultaron heridos hoy, uno de ellos armado, en Tel Katifa, cuando iba a introducirse en un asentamiento judío, según fuentes militares, y otro cuando cavaba un pozo sobre la ruta entre el puesto fronterizo de Karni para el paso de mercancías y el asentamiento de Netzarim, agregaron.
La segunda de las víctimas, según esas fuentes israelíes, se hallaba cavando en ese lugar para enterrar una carga de dinamita con la intención de activarla al paso de vehículos militares.