TOKIO.- Un equipo de científicos rusos y japoneses trata de resucitar a los mamuts, especie desaparecida hace miles y miles de años, y sueña con verlos vivir en libertad en un parque natural en Siberia.
Los científicos desean volver a dar vida a los mamuts utilizando el ADN extraído de los restos congelados de esos gigantescos elefantes prehistóricos, aunque hasta ahora no han logrado extraer del suelo helado siberiano material genético utilizable.
Pero el hombre que concibió el proyecto, el científico Kazufumi Goto, no se desalienta. "Es técnicamente posible si logramos obtener ADN sano", declara Goto, ex profesor de fisiología reproductiva de la Universidad de Kagoshima (sur de Japón).
Su idea es producir un animal híbrido de mamut y de elefante utilizando el ADN de un mamut de la época glaciar para inseminar artificialmente una elefanta.
Los científicos no tratan de crear un clon sino un híbrido, considerando que sucesivas generaciones de híbridos de mamut y de elefante darán por resultado un animal cada vez más parecido al mamut original si cada hembra es fecundada con ADN de mamut.
"La gente tiene tendencia a comparar este proyecto con un ’Jurassic Park’, pero la ciencia está actualmente muy lejos de poder reconstituir el ADN descompuesto", explica el científico.
El equipo de Goto colecta informaciones sobre posibles cementerios de mamuts científicos rusos y habitantes de Siberia, para lo que recurrió a una firma que comercia con Rusia.
Esta empresa, denominada Field y que tiene su sede en Miyazaki (sur de Japón), constituyó una Sociedad de creación de mamuts en asociación con biólogos y otros científicos.
"Imaginamos un parque del Pleistoceno, en el que pudieran vivir los mamuts junto con alces, tigres y zorros prehistóricos y otros animales de la misma era", declara Yukiko Tokunaga, directivo de la sociedad.
"Hay una región en la costa ártica en la que la naturaleza ha sido preservada como era en la época", afirma. Se trata de una región deshabitada situada alrededor de Chersky, al norte de la península de Kamchatka, en el extremo oriente ruso.
Dos expediciones tuvieron lugar en 1997 y 1999 para buscar restos de mamut en Siberia. El equipo trajo a Japón la piel helada de un mamut de 26.000 años de antigüedad, de la que extrajo ADN, pero éste resultó ser inutilizable.