BUENOS AIRES.- El Ministerio de Economía argentino anunció este miércoles que no recibió una respuesta del Fondo Monetario Internacional (FMI) a su carta de intención con miras a un acuerdo crediticio, porque los técnicos del organismo se encuentran estudiando los últimos acontecimientos económicos ocurridos en el país.
"El FMI nos comunicó que se están haciendo cambios luego de los últimos acontecimientos... Por eso se demora la respuesta" que se esperaba para este miércoles, dijo a periodistas Armando Torres, portavoz del ministro de Economía Roberto Lavagna.
Torres se refería a un reciente fallo de la Corte Suprema argentina que declaró inconstitucional un decreto del 2000 que aplicaba un recorte del 13% a los salarios y jubilaciones estatales.
Esto implica que el Estado deberá devolver las sumas caídas -que ascienden a más de 660 millones de dólares- en momentos en que sus arcas están vacías.
El dictamen cayó como un balde de agua fría en el FMI, ya que el objetivo de Lavagna expresado en el borrador de la carta de intención -que incluía un superávit estimado en casi 690 millones de dólares- podría verse ensombrecido por la decisión del máximo tribunal.
Torres, sin embargo, descartó que haya un estancamiento en las negociaciones, que ya llevan más de ocho meses.
"Simplemente hay elementos nuevos que se incorporan y se están debatiendo", dijo, y agregó que otra de las críticas del FMI al gobierno argentino es la continua fuga de depósitos a pesar de la vigencia del "corralito", que mantiene congelados los ahorros bancarios.
El congelamiento de depósitos a plazo fijado en diciembre para frenar una salida masiva de fondos, que amenazaba con hacer colapsar al sistema financiero, alcanzó a unos 8.000 millones de dólares.
Sin embargo, los reclamos de los ahorristas ante la justicia posibilitaron la salida de más de 1.300 millones de dólares desde enero. "Todos sabemos que el gran obstáculo es el tema de los amparos (judiciales)", dijo Torres.
Tampoco está claro para el FMI cómo Argentina reformará su sistema monetario.
Argentina necesita desesperadamente que el FMI postergue los pagos de deuda que debe cancelar en los próximos meses y le otorgue fondos frescos para hacer frente a los efectos de la devaluación de más de 70% del peso.
A cambio, el gobierno argentino se ha comprometido a llevar adelante reformas fiscales, monetarias y financieras.
Al gobierno lo corre el tiempo: En septiembre vencerá el pago de unos 2.000 millones de dólares con el FMI y las reservas del Banco Central -que en el pasado se usaron para cancelar deudas con organismos multilaterales- están en el límite de los 9.000 millones de dólares que el propio FMI fijó como piso dada la difícil situación monetaria.
A pesar de las continuas afirmaciones del gobierno de que el acuerdo está "casi listo", los especialistas dudan que el pacto con el FMI esté cerca.
A todo ello se agrega la inestabilidad política de un gobierno que se vio obligado a adelantar las elecciones presidenciales seis meses y que hasta ahora no ha logrado diseñar un programa electoral claro.
Acorralado por la crisis económica, Duhalde decidió en julio adelantar en seis meses los comicios generales previstos originalmente para septiembre de 2003 en un intento por esquivar la suerte que corrieron sus predecesores -que debieron abandonar el poder en medio de revueltas populares.
Pero el proceso electoral se ha visto enturbiado por la fuerte lucha entre los precandidatos del oficialista peronismo, que no logran ponerse de acuerdo sobre cómo deben desarrollarse las elecciones internas de cada partido.