JERUSALEN.- Tres soldados israelíes resultaron hoy heridos en un tiroteo con habitantes del campo de refugiados de Jenín cuando entraron en el recinto, dentro de un grupo de asalto apoyado por tanques, para buscar a un supuesto activista palestino.
Fuentes palestinas explicaron que los carros de combate israelíes entraron por la mañana temprano por el sur del campo y rodearon una de las viviendas para registrarla, aunque sin éxito, en busca de un supuesto terrorista palestino.
Las fuentes añadieron que los soldados israelíes advirtieron a la madre del sospechoso que si su hijo no se entrega será asesinado.
Y en la Franja de Gaza, donde ayer murieron seis palestinos por disparos del Ejército israelí, una granada fue lanzada hoy contra un puesto militar en Rafah, cerca de la frontera de Egipto.
La localidad de Rafah, una de las más de deprimidas de Gaza, vivió ayer un día aciago con la muerte de dos niños de 12 y 14 años por fuego del Ejército, que dejó también a otras siete personas heridas.
Fuentes palestinas explicaron que las tropas, que penetraron en la localidad con tanques y excavadoras para destruir viviendas y tiendas, abrieron fuego contra un grupo de niños que lanzaban piedras y botellas contra los tanques.
De los siete heridos, en su mayoría adolescentes, uno de ellos se encuentra en estado grave, agregaron.
La explicación del Ejército se basó en que los soldados encontraron un túnel en los bajos de una vivienda, en la frontera con Egipto, por la que los palestinos realizarían contrabando de armas. La vivienda fue volada, agregaron en un comunicado.
Durante esa operación -agrega el comunicado- los palestinos dispararon con rifles y lanzaron granadas a los soldados, que devolvieron el fuego.
El miércoles por la noche, el Ejército desplegó una vasta operación militar por tierra, mar y aire para desbaratar otra supuesta acción de contrabando de armas a través de toneles flotantes en el mar Mediterráneo, que luego resultaron ser frigoríficos, según reconocieron las autoridades militares.
En cuanto a los ataques que la guerrilla libanesa Hizbulá llevó a cabo ayer en el norte de Israel, y en el que fueron heridos tres soldados israelíes, el ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben Eliezer, acusó hoy a el Líbano y Siria de "estar jugando con fuego".
Ben Eliezer mencionó el incidente al enviado especial estadounidense a la zona, David Satterfield, que se reúne con funcionarios palestinos e israelíes desde el pasado miércoles, y expresó su temor de que Siria e Hizbulá intenten aprovechar un posible ataque de EE.UU. contra Irak para agredir a Israel.
Satterfield respondió que Siria, a la que Israel acusa de apoyar a Hizbulá, no está interesada en un escalada militar en la región.
Por su parte, el coronel Abdel Rasek al-Muyaida, jefe de las fuerzas de Seguridad Nacional en la Franja de Gaza, reiteró hoy el compromiso de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de llegar a un alto el fuego con Israel a pesar de los ataques de este país.
"La ANP mantiene su apoyo al plan de pacificación porque la opción estratégica de los palestinos es la justicia y devolver los derechos por completo a este pueblo", declaró el coronel.
No obstante, el coronel acusó a Israel de no querer "continuar con el acuerdo, porque su Ejército dispara sin razón y en base únicamente a sospechas".
El Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS) y la Yihad Islámica anunciaron ayer, durante los funerales por los muertos de una familia de Gaza, su intención de vengar a las víctimas.
Hoy viernes, un mortero casero fue disparado contra un puesto militar israelí en el bloque de asentamientos judíos de Gush Katif, en el sur de la franja de Gaza, sin causar víctimas.