BUENOS AIRES.- El Presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, rechazó hoy la posibilidad de implantar leyes de emergencia, como el estado de sitio, para frenar la ola de secuestros y otros graves delitos que afectan al país.
"Si con el estado de sitio pudiéramos solucionar o encauzar un problema de esta naturaleza, no dudaría en plantearlo al Congreso, pero me parece que no es la solución. Necesitamos tener mucha más policía y una legislación que agrave las penas", dijo en su habitual ciclo por la estatal Radio Nacional.
El auge de los secuestros, que han tenido como blanco a ricos y famosos o a sus familiares, se ha incrementado en los últimos meses, en algunos casos con el asesinato de la víctima, lo cual no sólo genera el lógico temor de la población, sino que también ha forzado a empresarios, futbolistas y artistas a cambiar sus rutinas de traslados o, directamente, a irse del país.
El futbolista Eduardo "Chacho" Coudet se fue el viernes de Argentina, rumbo a España para incorporarse al club Celta de Vigo, ante el temor de ser víctima de un secuestro, motivo que también esgrimió ese mismo día el entrenador del club Independiente, Américo Rubén Gallego, para anunciar que dejará el país a finales de año.
"En estos tiempos salimos de nuestra casa, pero no sabemos si volvemos. Ya lo tengo decidido, me voy de Argentina. Tengo un contrato con Independiente hasta diciembre y lo voy a respetar, sino me iría ahora mismo a Europa", destacó el técnico a la prensa.
Duhalde, quien atribuyó el auge delictivo a "bandas absolutamente descontroladas", dijo que el viernes había consultado a varios especialistas, a los que no identificó, sobre la posibilidad de impulsar proyectos de ley "antimafia" y del "arrepentido", como los que rigen en Estados Unidos y en varios países europeos.
"Queremos avanzar en una legislación que agrave mucho las penas, pero que también establezca, como pasa en Estados Unidos o en Italia, la posibilidad de que los delincuentes puedan negociar con el Estado la reducción de sus penas para que caigan todas las bandas", destacó.
El Presidente expresó su deseo de que la nueva legislación, que agrave las penas previstas en el Código Penal y que incorpore la figura del "arrepentido", sea aprobada por el Parlamento en "un plazo corto, que no debe pasar de septiembre" próximo.
Los secuestros con exigencia de rescate se convirtieron en la principal modalidad delictiva desde la puesta en marcha del llamado "corralito" financiero en diciembre pasado, ya que la mayoría de los comerciantes, empresarios, futbolistas y artistas prefirieron guardar sus ganancias en sus casas en lugar de depositarlas en los bancos.
Duhalde dijo que los delincuentes pretenden darle "más espectacularidad" a sus acciones con el secuestro de personajes del ambiente deportivo o del espectáculo, como el caso del padre de los futbolistas Diego y Gabriel Milito, secuestrado y liberado el viernes tras el pago de unos 100.000 pesos (aproximadamente 27.777 dólares) de rescate.
Pero la ciudadanía argentina, que soporta una crisis económica sin precedentes, con altos índices de desempleo y pobreza, también fue conmovida por el secuestro de menores de edad, como el caso de Diego Peralta, de 17 años, asesinado tras 38 días de cautiverio.
"Hay que actuar con resolución. No se trata de entrar en el debate de mano dura o mano blanda, sino de ser eficientes y enfrentar a estas bandas con la ley y con mucha firmeza", agregó el mandatario.
Duhalde celebró también las manifestaciones públicas de "varios sectores de la sociedad que exigen más seguridad", pues sostuvo que se necesita "de todos para luchar contra estas bandas que están absolutamente descontroladas y que le dan espectacularidad a sus acciones con algún objetivo".
Varias organizaciones no gubernamentales han convocado a la ciudadanía para la semana próxima, aún sin fecha definida, a marchas callejeras en el centro de Buenos Aires y en las principales ciudades del país para manifestarse contra la violencia y clamar por mayor vigilancia policial.
Según un informe del Centro de Estudios Nueva Mayoría, publicado hoy por el diario ’’La Nación’’, el delito en Argentina creció un 140 por ciento entre 1991 y 2001, ya que hace diez años se denunciaban 55 casos por hora y el año pasado el promedio fue de 134 cada 60 minutos.