GINEBRA.- Varios países de Centroamérica y el Caribe, Asia y Africa, han presentado en la Organización Mundial de Comercio una propuesta sobre acceso a mercados agrícolas para evitar que las reducciones arancelarias atente contra su seguridad alimentaria.
La propuesta está suscrita conjuntamente por Cuba, la República Dominicana, Honduras, Kenia, Nicaragua, Pakistán, Sri Lanka y Zimbabue en la sesión especial del comité de agricultura de la OMC, reunido en Ginebra.
Según explicaron hoy a EFE fuentes diplomáticas de estos países, reclaman el derecho a excluir de los compromisos generales de reducción arancelaria ciertos productos constitutivos de una dieta básica o importantes para la seguridad alimentaria.
Argumentan que el Acuerdo de Agricultura establece la posibilidad de un ’’trato especial y diferenciado’’ para los productos de ’’la dieta básica’’ de un país y recuerdan que su propuesta es acorde con el llamamiento que hizo un grupo de naciones en desarrollo a favor de prohibir el ’’dúmping’’ en el comercio agrícola.
Si este asunto ’’no es atendido debidamente en las negociaciones mediante un compromiso por parte de los países desarrollados de recortar substancialmente las ayuda internas y eliminar los subsidios a la exportación, no se podrá exigir a los países en desarrollo que abran más sus mercados a productos importantes para su seguridad alimentaria’’, explican.
Como método de reducción de tarifas aduaneras, los citados países proponen la llamada ’’fórmula suiza’’, distinta de la utilizada en la anterior ronda Uruguay que los perjudica, porque permite mayores reducciones cuanto más elevados son los aranceles y elimina los ’’picos’’ arancelarios: tarifas de hasta un cien o un doscientos pro ciento.
Esa fórmula serviría también para mitigar el llamado ’’escalonamiento arancelario’’, uno de los principales motivos de queja de los países en desarrollo en general: consiste en la aplicación de mayores tarifas a los productos transformados y con mayor agregado que a las materias primas.
Las fuentes diplomáticas consultadas especificaron, sin embargo, que se propone esa fórmula de reducción arancelaria debería aplicarse exclusivamente a los países desarrollados mientras que los en desarrollo reclaman ’’la flexibilidad de elegir tasas de reducción inferiores’’.
Los proponentes señalan, por otro lado, que desde la ronda Uruguay indica que los países desarrollados disponen de ’’instrumentos para proteger y apoyar a sus agricultores’’ algo de lo que carecen los en vías de desarrollo, que no tienen recursos para subvencionar a los productores de ingresos bajos, por lo que recurren a medidas arancelarias en frontera.
De ahí que propongan un nuevo mecanismo especial de salvaguardia adecuado a las necesidades de los países en desarrollo, que los proteja temporalmente de una invasión de importaciones (subvencionadas y a bajo precio) cuando éstas amenacen el medio de vida de los productores pobres en ingresos o recursos.
Otras reclamaciones son que se simplifique la ’’estructura arancelaria’’, actualmente muy compleja en los países desarrollados, calculando las reducciones sobre la base del valor del producto en frontera.
También reclaman que las reducciones arancelarias se efectúen sobre los ’’aranceles consolidados’’ -los topes máximos a los que se compromete un gobierno- y no sobre los realmente aplicados, que suelen ser más bajos, sobre todo en los países en desarrollo que han acometido una rebaja autónoma de aranceles.
Otra propuesta es que los compromisos de reducción arancelaria sean no sobre paquetes de productos, sino sobre productos concretos, lo que dejaría menor margen de maniobra a los países ricos a rebajar más los aranceles a los productos cuya competencia menos temen y recortar a cambio menos los que aplican a las mercancías de mayor interés para los exportadores del mundo en desarrollo.