YAKARTA.- Los estadounidenses en Asia conmemoraron este miércoles el primer aniversario de los ataques contra Nueva York y Washington, mientras el Gobierno de George Bush advertía sobre la posibilidad de nuevos asaltos y las embajadas en la región cerraron tras recibir amenazas específicas.
El Departamento de Estado de EE.UU. informó que más de veinte embajadas y consulados fueron cerrados en todo el mundo por razones de seguridad, y para permitir que sus empleados puedan asistir a actos y ceremonias en homenaje a las víctimas del año pasado.
Algunas aerolíneas redujeron sus vuelos a las ciudades de Estados Unidos, si bien el sector de viajes en Asia no ha reportado ninguna disminución de las reservas a otras partes del mundo.
El procurador general de EE.UU., John Ashcroft, señaló que nueva información sugería que militantes vinculados con la red Al Qaeda de Osama bin Laden planeaban emprender nuevas acciones en contra de los estadounidenses, advirtiendo que los intereses estadounidenses en el Medio Oriente y el sur de Asia estaban particularmente en peligro.
"La información indica que células de Al Qaeda se han estado estableciendo en varios países del Sur de Asia para realizar ataques con vehículos con explosivos y de otros tipos contra instalaciones estadounidenses. Estas células han estado acumulando explosivos desde aproximadamente enero de este año, en preparación de estos ataques", sostuvo Ashcroft en una conferencia de prensa.
Las embajadas de EE.UU. en Indonesia, la nación musulmana más poblada del mundo, Malasia y Pakistán estarían cerradas este miércoles por temor ante posibles ataques de partidarios de Bin Laden. En tanto, las embajadas estadounidenses en Vietnam y Camboya también cerraron.
Gran Bretaña, a su vez, cerró sus misiones en Indonesia, Pakistán y Singapur, y las secciones consulares y de visas de su Alta Comisión Kuala Lumpur, por razones de seguridad.
Australia cerró hoy su Alta Comisión en Singapur y su misión en Timor Oriental, luego de recibir informes no confirmados de amenazas genéricas a intereses australianos y de las Naciones Unidas, en esta nación predominantemente cristiana.