JERUSALÉN.- El Presidente palestino, Yasser Arafat, puede ser deportado a Jordania o Egipto y los territorios totalmente reocupados por el Ejército de Israel, si Estados Unidos bombardea Irak, dijo hoy a EFE Abu Samed, un alto oficial de la Fuerza 17 o guardia personal del líder palestino.
El pasado 11 de septiembre, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, tocado con la kippa bajo una bandera estadounidense, comparó en su discurso a Arafat con Osama Bin Laden y se alineó con el "amigo americano" en su lucha contra "el eje del mal", un derecho contra el "terror" -dijo- irrenunciable en cualquier "democracia".
Las llamadas contra Arafat, al que Sharon considera máximo responsable del "terror" que envuelve a este país, han proliferado estos días en que Israel prepara psicológicamente a la población para una guerra "justa" que, repite, servirá para poner fin a la "crisis de Oriente Medio" y al "asunto palestino".
El que fuera jefe de las Fuerzas Armadas israelíes, Saúl Mofaz, reconoció públicamente hace dos días que, durante la invasión de abril del Ejército a Cisjordania, cometió un grave error al no arrestar al Presidente palestino en sus oficinas de la "Múkata" en Ramalla y deportarle a países árabes.
También han tenido amplia repercusión en Israel las afirmaciones del pasado viernes en Washington del Premio Nobel de la Paz Simón Peres, en las que advirtió a la comunidad internacional de que si no toma medidas contra Sadam Husein se repetirá el "error" con que Europa tropezó en 1930 y brindó el advenimiento de Hitler al poder.
Tras describir a Israel como "soldado leal" de Estados Unidos en su lucha contra Husein, el laborista Peres afirmó que Arafat no ha conseguido "nada para el pueblo palestino", en una reunión organizada en Washington por el Consejo de Relaciones Exteriores.
La insistencia de Sharon y Estados Unidos sobre la "irrelevancia" de Arafat, al que no quieren ver al frente del pueblo palestino, y el anuncio por parte del presidente de la ANP de elecciones presidenciales para el 20 de enero de 2003, hacen presagiar una caída final, forzada y rápida del viejo líder, explicó Abu Samed.
El oficial de la Fuerza 17 aseguró que los altos mandos de la seguridad palestina están convencidos de que tras los rotundos comunicados de Israel y EE.UU., está claro que el Gobierno israelí se prepara para deportar a Arafat cuando Estados Unidos lance su ataque contra Irak.
Los servicios secretos palestinos -añadió- no excluyen que, en plena euforia bélica contra Irak y en cuanto Israel deporte a Arafat, el Gobierno de Sharón "aprovechará el momento para la total reocupación de Gaza y Cisjordania, bajo la ya indiscutible consigna de ’seguridad’".
Las incursiones diarias que el Ejército realiza en la franja de Gaza -señaló- parecen ser el preludio de una operación militar masiva contra ese territorio palestino, mientras que Cisjordania permanece ya bajo su control absoluto desde hace meses.
Sin embargo -agregó- "Israel puede encontrarse con la oposición armada de las facciones palestinas como el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS), la Yihad Islámica y el propio partido de Arafat, al-Fatah", todos ellos menguados por las constantes redadas, detenciones, encarcelamientos y asesinatos, que el Ejército denomina "selectivos", de sus líderes y miembros destacados.
En cuanto a la guerrilla libanesa Hizbulá, capaz de lanzar ataques contra el norte de Israel, la actual "crisis del agua" -por la que el Líbano intenta desviar las aguas de un río- es "casus belli" para el primer ministro israelí, Ariel Sharón, quien ya ha anunciado que no excluye acciones militares contra el país vecino.
Quizá por la que se avecina, el ministro palestino de Planificación, Nabil Shaat, se dirigió el pasado jueves al presidente estadounidense, George W. Bush, tras su intervención en Naciones Unidas y obtuvo su promesa de que los palestinos no serán dañados si EE.UU. ataca Irak.
Shaat dijo que Bush le comentó que le dolía mucho ver el sufrimiento del pueblo palestino y que haría todo lo que estuviera en sus manos para aliviarlo.