WASHINGTON.- El famoso hombre de los hielos "Oetzi" comió carne de ciervo rojo antes de ser alcanzado por una flecha y morir lentamente hace alrededor de 5.000 años, determinó un análisis genético de su intestino.
El test demuestra que "Oetzi", encontrado en 1991 en los Alpes, en la frontera entre Italia y Austria, fue un cazador que perseguía venados.
Posiblemente, fue asesinado por culpa de su última presa, señalaron Franco Rollo y sus colegas de la Universidad de Camerino (Italia) en la edición online de la revista estadounidense "Proceedings of the National Academy of Sciences".
El análisis del ADN del contenido del intestino de "Oetzi" determinó además que el hombre de los hielos caminó por un bosque de coníferas y comió frutos y cereales, así como un pedazo de íbice. Los investigadores encontraron restos de carne de íbice en el intestino grueso.
Una vez que alcanzó los 3.200 metros de altura, "Oetzi", posiblemente agotado por la escalada, volvió a comer. Esta vez ingirió una porción de ciervo con algunos cereales. Los científicos encontraron restos de la comida en el intestino delgado, es decir, al comienzo del sistema digestivo.
El equipo de Camerino inició las pruebas de ADN en los intestinos de "Oetzi" el 25 de septiembre de 2000, cuando el hombre de los hielos fue descongelado por primera vez temporalmente en el Museo de Arqueología de Bolzano.
Del hecho de que el estómago de "Oetzi" estuviera vacío, y que la carne de ciervo hubiera alcanzado ya el intestino delgado, Rollo y sus colegas sacaron conclusiones sobre el último día en la vida del hombre.
Su muerte se produjo probablemente cuatro o más horas después de la última comida.
El estómago de un ser humano comienza a vaciarse unos diez minutos después de la ingestión de alimentos. En circunstancias normales, el alimento llega al fin del intestino delgado unas tres horas después y permanece allí en general una hora más.
Una perturbación emocional puede retrasar este proceso, señalan los investigadores. Ese factor podría haber incidido en el hombre de los hielos, que según la más reciente reconstrucción de los acontecimientos se desangró lentamente.
El resultado contradice la teoría manejada hasta ahora, que señalaba que "Oetzi" había sido víctima de una muerte ritual. Más bien, lo que parece haber ocurrido es que otros envidiaron su presa e intentaron robarle.
Los investigadores de Camerino se basan en un estudio de Nanna Noe-Nygaard aparecido en una revista de estudios arqueológicos en 1974.
De acuerdo a esa investigación, los cazadores del mesolítico clavaban sus flechas preferentemente en el omóplato izquierdo, porque ese sitio ofrecía las mayores posibilidades de hacer caer a la víctima con un solo golpe.
De la vestimenta de Oetzi, los arqueólogos ya determinaron en los últimos años que el hombre de los hielos fue "un cazador o un guerrero prehistórico de alto rango".