WASHINGTON.- El presidente George W. Bush advirtió que Estados Unidos está decidido a actuar para desarmar a Irak si la ONU no lo hacía. El mandatario estadounidense también pidió la autorización del Congreso para poder recurrir a la fuerza con el fin de obligar a Irak a acatar las resoluciones de Naciones Unidas.
"Si el Consejo de Seguridad de la ONU no se ocupa del problema, Estados Unidos y algunos de sus amigos lo harán", declaró Bush, tras reunirse en la Casa Blanca con el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Estado, Colin Powell. "Si uno quiere mantener la paz debe poder usar la fuerza", añadió.
El texto enviado al Congreso subraya que "el Presidente está autorizado a usar todos los medios que considere apropiados, incluyendo el recurso a la fuerza, para hacar acatar las resoluciones de Naciones Unidas".
En tanto, Irak negó disponer de armas de destrucción masiva. "Las aseveraciones de Estados Unidos’’ de que Bagdad posee armas nucleares, químicas o biológicas "son falsas", afirmó el canciller iraquí, Naji Sabri, ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
"Irak rechaza cualquier tipo de injerencia, no importa quien sea, en respecto a sus derechos, su soberanía, su seguridad y su independencia, añadió.
"El gobierno estadounidense quiere destruir a Irak para controlar el petróleo del Oriente Medio, y consecuentemente controlar la política así como el petróleo y las políticas económicas de todo el mundo", continuó el canciller.
El discurso atacó también a Israel, del cual dijo se "convirtió en una voz conjunta" con la posición política de Washington.
La Casa Blanca calificó la intervención de Sabri de "decepcionante fracaso".
Irak "se negó a aceptar la verdad, cometió más engaños y no mostró voluntad de cambiar de actitud o conducta", dijo Ari Fleischer, portavoz de Bush.
El Consejo de Seguridad, por su lado, debía analizar a puertas cerradas los arreglos prácticos para el regreso de los inspectores de desarme a Irak.
La súbita decisión iraquí de aceptar el retorno de los inspectores provoca divisiones en el Consejo de Seguridad.
Rusia se opone a una intervención militar estadounidense. El canciller ruso, Serguei Ivanov, declaró en Washington que los inspectores podrían verificar "fácilmente" si Bagdad seguía disponiendo de armas de destrucción masiva.
Estados Unidos, apoyado por Gran Bretaña, pretende en cambio que el Consejo vote una nueva resolución y cree que el giro iraquí es un mero "ardid".
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw, instó al Consejo a votar una resolución que contemple una acción militar si Bagdad no acepta el regreso de los inspectores "sin condiciones, sin atrasos y sin maniobras".
Bush también llamó al Consejo de Seguridad a trabajar con Estados Unidos, Gran Bretaña y otras partes involucradas para enviar a Saddam (Hussein) el mensaje claro de que debe desarmarse.
Bush se mostró evasivo cuando la preguntaron cuántos países aliados estarían dispuestos a seguir a Estados Unidos en una operación militar en Irak. "Muchas naciones aman la libertad. Entienden cuál es la amenaza. Entienden que la credibilidad de Naciones Unidas está en juego", dijo el mandatario estadounidense.