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Bush advierte que lanzará ataques preventivos contra estados hostiles

En el documento "Estrategia de seguridad nacional de EE.UU." presentado hoy por la Casa Blanca, el Mandatario afirma que "si bien EE.UU. luchará constantemente para obtener el apoyo de la comunidad internacional, no dudaremos en actuar solos, si fuera necesario, en el ejercicio de nuestro derecho de defensa propia".

20 de Septiembre de 2002 | 15:50 | EFE
WASHINGTON.- El Gobierno de EE.UU. anunció hoy una nueva doctrina de seguridad en la que avisa que lanzará ataques preventivos contra los estados hostiles o grupos terroristas que le amenacen, rompiendo con la tradicional doctrina de la disuasión.

La nueva "Estrategia de seguridad nacional de EE.UU.", divulgada hoy por la Casa Blanca, compendia en 33 páginas la doctrina del uso de la fuerza de la administración del Presidente George W. Bush en tiempos en que esta nación "tiene una posición de fortaleza militar e influencia económica y política sin par".

El documento, presentado ante el Congreso, afirma por primera vez que Estados Unidos jamás permitirá que se desafíe su hegemonía militar de la forma en que ocurrió durante la Guerra Fría.

El texto de la nueva estrategia divulgado inicialmente incluía la frase: "El Presidente no tiene intenciones de permitir que alguna otra potencia acorte la enorme ventaja que EE.UU. ha logrado desde la caída de la Unión Soviética hace más de una década".

Sin embargo, esa cita fue retirada en una nueva versión divulgada posteriormente.

El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, rechazó que el párrafo hubiera sido retirado ante la posible preocupación acerca de que el tono del documento fuera demasiado arrogante.

"Creo que el tono del documento habla por sí mismo", aseguró Fleischer.

Desde que en enero pasado Bush anunció la existencia de un "eje del mal" -integrado, según él, por Irán, Irak y Corea del Norte- el Gobierno de EE.UU. ha mostrado una determinación creciente a usar la fuerza armada para un "cambio de régimen" en Irak.

El documento desecha todos los tratados de no proliferación de armas nucleares firmados durante la Guerra Fría, y elige la "contra proliferación", es decir una política activa de desmantelamiento de los arsenales atómicos de otros países.

También declara que la estrategia de contención y disuasión -eje de la política exterior de EE.UU. desde el fin de la Segunda Guerra Mundial - es obsoleta, y que no hay forma que en el mundo actual pueda disuadir a quienes "odian a EE.UU. y todo lo que esta nación representa".

Por ello, la nueva doctrina afirma que "si bien EE.UU. luchará constantemente para obtener el apoyo de la comunidad internacional, no dudaremos en actuar solos, si fuera necesario, en el ejercicio de nuestro derecho de defensa propia, con acciones preventivas contra los terroristas".

En un intento de evitar críticas a EE.UU., el secretario de Estado, Colin Powell, explicó que los ataques preventivos han sido una posibilidad durante los últimos 15 años, pero que "ha cobrado importancia" para afrontar a los grupos que no pueden ser contenidos, como los terroristas.

La estrategia propuesta por Bush y sus asesores apunta que "un mundo donde algunos viven en confort y abundancia mientras la mitad de la humanidad vive con menos de 2 dólares por día, no es un mundo justo ni estable".

Por ello "EE.UU. dará ayuda a todos los países que cumplan con las reformas nacionales" y para ello la administración Bush propuso un incremento del 50 por ciento en la asistencia para el desarrollo que otorga Estados Unidos.

Entre los países ricos, EE.UU. se cuenta entre los que menos ayuda exterior dan, proporcionalmente a su Producto Interior Bruto.

Sobre las Américas, señala que "partes de América Latina enfrentan un conflicto regional debido especialmente a la violencia de los carteles de la droga".

El documento de la Casa Blanca señala que "este conflicto y el tráfico irrestricto de narcóticos podrían amenazar la salud y la seguridad de EE.UU.".
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