PARIS.- El agujero de ozono sobre la Antártica tiene este año una profundidad menor que lo usual, y se separará en dos partes excepcionalmente esta semana, dos meses antes que de costumbre, predijeron hoy astrónomos holandeses, según un anuncio de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La zona de destrucción de la capa de ozono sobre la Antártica, fenómeno conocido como el agujero de ozono, tiene este año la mitad de la profundidad registrada en 2001, dijo Henk Eskes, científico del Real Instituto de Meteorología de Holanda (KNMI).
El agujero de ozono sobre la Antártica se disipa cada año entre noviembre y diciembre, pero, según el investigador, este año se dividirá en dos partes, anticipadamente, el 25 de septiembre, y seguirá debilitándose después.
El científico, sin embargo, atenuó esta predicción optimista, señalando que no puede excluirse la posibilidad de que uno de los fragmentos se fortalezca y se forme un nuevo agujero de ozono.
El KNMI señala una lenta disminución de la cantidad de substancias destructoras del ozono en la atmósfera, debido a los tratados internacionales que prohibieron su producción, pero recalca que esta disminución no alcanza a explicar la debilidad de este año del agujero de ozono.
Sólo podría explicarse, dijo, en la variabilidad de cada año de la circulación atmosférica que influye el tamaño y la duración del agujero de ozono.
El agujero de ozono sobre la Antártica, descubierto en los años 80, se ha desarrollado cada año a partir de los meses de agosto y septiembre. En esa época, más de la mitad de la capa de ozono antártica es destruida por substancias como los clorofluorocarbonos (CFC), que desde los años 50 fueron abundantemente utilizados como refrigerantes, solventes y la fabricación de espumas plásticas hasta ser prohibido por acuerdos internacionales a fines de la década de 1990.
La capa de ozono atmosférica protege la vida terrestre de las radiaciones ultravioletas del Sol, que ayudaron a dar nacimiento a la vida en la Tierra, pero que actualmente pueden originar cáncer de piel en el hombre y mutaciones en los seres vivos.
La destrucción del ozono atmosférico ocurre sólo a bajas temperaturas y bajo la influencia de la luz solar. Es por eso que el agujero de ozono aparece en la Antártica cuando el sol vuelve a salir allí tras el invierno polar.
El descubrimiento fue hecho en el instituto meteorológico holandés con ayuda de datos proporcionados por un instrumento de monitoreo del ozono terrestre (GOME) a bordo del satélite europeo ERS-2.