MERIDA, México.- El huracán Isidore destruyó viviendas, desarraigó árboles e inundó calles, matando a dos personas y dejando a otras 300.000 sin hogar, antes de debilitar su furia y pasar a ser una depresión tropical en la Península de Yucatán.
La tormenta quedó estancada en una zona donde hay ciudades coloniales, ruinas mayas y parques naturales, pero el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Florida, advirtió que el Isidore podría enfilar hacia el golfo de México y volver a convertirse en un huracán. Los pronósticos son que se dirigirá hacia el norte, donde podría amenazar la costa norteamericana del golfo.
En la madrugada del martes, la tormenta había quedado estancada a 105 kilómetros al sur de Mérida y tenía vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora.
A las 0600 GMT, el Isidore se hallaba cerca de la latitud 20,9 norte, longitud 89,5 oeste, dijo el Centro Nacional de Huracanes.