GIJON.- La mayor parte de los 600 científicos de todo el mundo que participan en la ciudad española de Gijón en el II Congreso Mundial de Bioética, se pronunciaron hoy a favor de la manipulación de células embrionarias para fines terapéuticos, pero en contra de la clonación de seres humanos.
En la segunda jornada del encuentro se abordó el campo de la clonación de células humanas, cuya investigación choca con valores éticos y religiosos.
No obstante, la posibilidad de utilizar los embriones sobrantes de los procesos de reproducción asistida, para la clonación de células con fines curativos fue respaldada por la mayoría de los asistentes.
El profesor de la Universidad Rene Descartes, de París, Alan Pompidou, aseguró durante los debates de hoy que "el embrión es una realidad biológica que no debe ser sacralizada" y defendió la manipulación de estas células por el amplio campo que abren para la curación de enfermedades graves.
El científico francés quiso también desmitificar la clonación de seres humanos al afirmar que es "inviable" desde la ética, y también desde la ciencia, con los procesos actuales.
Pompidou recordó que para conseguir a la oveja "Dolly" se hicieron 267 intentos infructuosos, y aseguró que sólo el 2 por ciento de las clonaciones de mamíferos tiene éxito, índice que se reduce al 1 por ciento en los ratones.
"Hoy por hoy, la clonación de humanos es un rotundo fracaso", destacó el catedrático francés.
Por su parte, la doctora británica Francoise Shenfield reclamó una mayor libertad para la investigación con células embrionarias, pero aseguró que también es necesaria la prohibición de la clonación humana.
Shenfield, que forma parte del consejo que concede las licencias para el desarrollo de estos proyectos en el Reino Unido, único país de Europa que tiene una legislación específica, criticó las trabas administrativas impuestas a la experimentación.
Según afirmó, la posición de "gobiernos conservadores como los de Italia y España" en contra de la manipulación de células embrionarias y del uso de óvulos congelados en reproducción asistida, provocará la emigración de investigadores a otras naciones.
En cualquier caso, para la doctora británica, ninguna ley va a impedir el avance de una ciencia que va a contribuir a la cura de enfermedades graves.
De otro lado, el vicepresidente del Comité Internacional de Bioética de la Unesco, el uruguayo Héctor Gross Espiell, se mostró partidario de profundizar en la investigación de los procesos con células adultas en lugar de con las embrionarias.
Gross Espiell abogó por "avanzar en la investigación científica con prudencia, para no entrar en conflicto con valores éticos, morales y religiosos".
El científico uruguayo dijo defender la idea de que el embrión es un ser vivo equivalente a cualquier ser humano y debe tratársele con "dignidad".
Expertos de 40 países y de varias instituciones internacionales, como la FAO, Medicus Mundi o UNICEF, asisten en Gijón a este congreso internacional que fue inaugurado el 30 de septiembre y concluirá el 4 de octubre.