BUENOS AIRES- El gobierno argentino definió hoy como último plazo para un acuerdo con el FMI el próximo 9 de noviembre, cuando un vencimiento de 1.050 millones de dólares con el Banco Mundial y el BID lo pondrá ante la disyuntiva de pagar con reservas o caer en cesación de pagos con los organismos multilaterales.
"Los tiempos están acotados por esa fecha clave de 9 de noviembre", dijo hoy Alfredo Atanasof, jefe de ministros del Presidente peronista Eduardo Duhalde.
La noche anterior, en un programa de la televisión por cable, el titular de Economía, Roberto Lavagna, había sido el primer miembro del gobierno en aludir públicamente a ese día como límite, aunque mostrándose optimista de alcanzar a tiempo el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Queda un tiempo, no mucho, para resolver problemas concretos, pero estamos hablando de (llegar a un entendimiento a) principios de noviembre", dijo.
Argentina procura reprogramar con el FMI y otros organismos vencimientos por casi 2.500 millones de dólares en lo que resta del año y por un total de 6.532 millones hasta marzo, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales.
El FMI le pidió a Argentina que use sus reservas para no entrar en moratoria con los organismos después de la cesación de pagos con acreedores privados desde diciembre, pero el Gobierno le respondió que semejante decisión significaría liquidar el respaldo monetario y poner el país al borde de la hiperinflación.
El jueves, Lavagna destacó en otro canal de cable que la economía argentina está dando señales de recuperación, y añadió que "si en lugar de estar solos, tuviéramos ayuda externa, obviamente las cosas serían más fáciles".
"Por ahora lo hemos hecho solos y pagando 3.800 millones de dólares de deuda", añadió, en referencia a desembolsos efectuados a organismos multilaterales desde los últimos días del año pasado cuando se declaró el cese de pagos a acreedores privados no residentes en el país.
"Si en lugar de pagar hubiera un respiro en términos de prorrogar vencimientos y demás, las cosas serían más fáciles y se permitiría reforzar ese principio de reactivación que se está produciendo", concluyó el ministro.
Por su parte, Atanasof, en su cotidiana conferencia de prensa, dijo que "los técnicos argentinos siguen trabajando en Washington con los técnicos del FMI en busca de un mayor acercamiento y ese trabajo está bastante bien".
Otra fuente gubernamental citada por la prensa local aseguró que si las negociaciones siguen bien encaminadas el ministro Lavagna viajaría la semana próxima a Washington para definir la carta de intención que documentará el acuerdo con el FMI.
La fuente agregó que el paso siguiente sería una visita a Buenos Aires del negociador del FMI, Anoop Singh, director para el Hemisferio Occidental, tras lo cual sólo restaría la firma del convenio.
El último fin de semana, durante la asamblea anual del organismo con el Banco Mundial, Singh admitió por primera vez que se avecinaba un "acuerdo vigoroso" para "estabilizar la situación macroeconómica" en la actual etapa "de transición" en Argentina.
El negociador añadió que "una vez que esto haya quedado afianzado, esperamos que haya un programa sucesor de dos o tres años en el cual se puedan realizar las reformas estructurales y restablecer el crecimiento".
Lavagna dijo también el sábado que el gobierno argentino anhela un acuerdo que desahogue financieramente al país hasta fines de 2003, pero rechazaría un compromiso de mayor plazo que condicionara a la próxima administración.