CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa proclamó hoy santo al español Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien dijo que "continúa recordándonos" la necesidad de que el hombre no se atemorice ante el materialismo que amenaza con destruirle.
Ante más de 300.000 devotos del fundador del Opus Dei, procedentes de 84 países, Juan Pablo II resaltó la figura del nuevo santo, que hace el número 465 de los proclamados por él durante sus casi 24 años de pontificado.
"El continúa recordándoos la necesidad de no dejaros atemorizar ante una cultura materialista que amenaza con disolver la identidad más genuina de los cristianos", afirmó el Obispo de Roma, que recordó que a Escrivá de Balaguer "le gustaba reiterar con vigor que la fe cristiana se opone al conformismo y a la inercia interior".
Juan Pablo II, que presentaba aspecto cansado aunque tenía la voz fuerte, pidió a los cristianos que sigan la huella del fundador del Opus Dei para difundir en la sociedad sin distinción de raza, clase, cultura o edad, "la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad".
"Esforzaos por ser santos vosotros mismos en primer lugar, cultivando un estilo evangélico de humildad y servicio, de abandono en la providencia", manifestó el Papa, que agregó que "no faltan incomprensiones y dificultades para quien intenta servir con fidelidad la causa del Evangelio".
En estas palabras muchos vieron una referencia a las acusaciones vertidas durante años contra Escrivá de Balaguer y el Opus. El mismo postulador de causa, el sacerdote Flavio Capucci, recordó estos días que al ya santo se le acusó de "iracundo, vanidoso, promotor del culto a la personalidad, de pro nazi, entre otras".
"Todo ello eran defectos morales incompatibles con la santidad, pero ninguno se mantuvo en pie", subrayó Capucci, que reiteró que no tenían fundamento y así se demostró durante el proceso, ya que la vida del santo fue "pasada por el microscopio".
Juan Pablo II resaltó el mensaje de Escrivá, coincidiendo en que el trabajo y cualquier otra actividad se convierten en medios de santificación diaria.
El Obispo de Roma invitó a la evangelización y a las plegarias, subrayando que san Josemaría "fue un maestro en la práctica de la oración, que consideraba como una extraordinaria arma para redimir al mundo".
De los más de 300.000 asistentes, unos 85.000 fueron españoles y unos 20.000 latinoamericanos. Algunos aseguran que se trata de la canonización más multitudinaria celebrada en el Vaticano.
Entre los presentes estuvo Manuel Nevado Rey, de 70 años, el médico español que sufría un cáncer incurable y que sanó de manera inexplicable para la ciencia, por intercesión del santo.
Ese milagro fue el que llevó hoy a Escrivá a la gloria de los altares y al culto universal.
La proclamación se ha producido en el año en el que se cumple el centenario de su nacimiento (en Barbastro, norte de España), 27 años después de su muerte (el 26 de junio de 1975 en Roma), 21 años después de que comenzase el proceso de canonización y diez años después que ser beatificado (17 de mayo de 1992).
La misa fue concelebrada por medio centenar de cardenales y obispos. Quinientos prelados de todo el mundo, de ellos medio centenar de españoles, asistieron a la misma. Más de un millar de sacerdotes dieron la comunión.
Un gran retrato de Escrivá de Balaguer, colgado en el balcón central de la fachada principal de la basílica de San Pedro, presidió la ceremonia, cuyos cánticos corrieron a cargo de 37 coros, con 1.200 voces.
La plaza fue adornada con 40.000 rosas y crisantemos regaladas por el ecuatoriano José Ricardo Davalos. Otras siete mil flores donadas por una cooperativa del norte de Italia también adornaron el altar.
La canonización de Escrivá de Balaguer fue pedida por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, y el postulador Capucci.
Tras la lectura de su biografía y el canto de las letanías de los santos, el Papa pronunció la fórmula de canonización, "declarando y definiendo" santo a Josemaría Escrivá "e inscribiéndolo en el catálogo de los santos".
Eran las 10.23 horas de la mañana (08.23 GMT) y los miles de presentes, que durante toda la ceremonia estuvieron muy recogidos, rompieron en aplausos, mientras sonó música sacra.
La canonización de Escrivá de Balaguer ha sido acogida con gran alegría y emoción en el Opus Dei.
El prelado, Javier Echevarría, que durante más de veinte años fue su secretario, dijo a EFE que el mensaje que el nuevo santo dirige a los hombres y mujeres de esta época es que pueden descubrir a Jesucristo a través del trabajo diario, en esos días "sin brillo" en los que nada llamativo ocurre.
Capucci, por su parte, afirmó que san Josemaría es el santo "de los que trabajan, de la vida ordinaria".