ESTOCOLMO.- El premio Nobel de Medicina 2002 fue atribuido este lunes conjuntamente a Sydney Brenner (Gran Bretaña), H. Robert Horvitz (EE.UU.) y John E. Sulston (Gran Bretaña) por sus descubrimientos sobre "la regulación genética de la organogénesis y de la muerte celular programada", que tienen aplicaciones directas en la lucha contra el cáncer.
El británico John E. Sulston, del Sanger Center de la Universidad de Cambridge, es uno de los tres científicos galardonados hoy por el Instituto Carolino de Estocolmo.
Los tres laureados "hicieron descubrimientos importantes sobre la regulación genética del desarrollo de los órganos y de la muerte programada de las células", señaló el Instituto Carolino de Estocolmo, que otorga el premio.
Los tres científicos identificaron los genes claves que rigen el desarrollo del organismo del gusano Caenorhabditis elegans y la muerte programada de sus células, y demostraron que existen genes análogos en los organismos superiores, incluyendo el hombre.
Esos descubrimientos fueron de gran importancia para la investigación médica y permitieron comprender mejor los orígenes de diversas enfermedades ligadas a la degeneración de las células, entre las cuales el cáncer y el SIDA.
Sydney Brenner, británico nacido en Sudáfrica el 13 de enero de 1927, trabaja en el Instituto de Ciencia Molecular de Berkeley, en California (EE.UU.). Realizó en Cambridge (Gran Bretaña) investigaciones sobre el Caenorhabditis elegans.
John E. Sulston, británico nacido el 27 de marzo de 1942, trabaja sobre el genoma en Cambridge (GB).
Robert Horvitz, norteamericano nacido el 8 de mayo de 1947, trabaja en el departamento de Biología del Massachussets Institute of Technology (MIT), en Cambridge (EE.UU.).
Los premiados
Sydney Brenner, de 75 años de edad, nació el 13 de enero de 1927 en Sudáfrica. Es ciudadano británico. Científico en el Instituto de Ciencias Moleculares de Berkeley (California, EE.UU.), fue recompensado por el Instituto Carolino, que otorga el Nóbel de Medicina, por haber convertido a un gusano, el Caenorhabditis elegans, en un "nuevo organismo modelo" para la comprensión del proceso de muerte celular, como en el cáncer.
Los descubrimientos de este especialista en genética célebre por sus investigaciones relativas a la secuenciación del genoma humano, sentaron las bases de los trabajos coronados este año.
Tras diplomarse en la universidad Witwatersrand de Johannesburgo (Sudáfrica) en 1951, obtuvo el doctorado en Oxford (Gran Bretaña) en 1954.
Es miembro extranjero de la Real Academia de Ciencias de España (1985), miembro honorífico de la Sociedad China de Genética de Taiwán (1989), y miembro extranjero de la Academia Francesa de Ciencias.
El norteamericano H. Robert Horvitz, de 55 años de edad, nació el 8 de mayo de 1947. Trabaja en el departamento de biología del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Cambridge (EE.UU.).
Estudió en la Universidad de Harvard, en la que obtuvo el doctorado en 1974. En 1978, empezó a trabajar como profesor asistente en el MIT, pasando a ser profesor asociado en 1981 y titular de su cátedra en 1986.
Es miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos desde 1991 y recibió en 2001 la medalla de la Sociedad de Genética de Estados Unidos.
El Instituto Carolino lo recompensó por haber descubierto los genes que controlan la muerte celular programa en el gusano caenorhabditis elegans.
Estudió el papel de los genes en el proceso de muerte celular y demostró la existencia de genes análogos en el hombres.
El británico John E. Sulston, de 60 años de edad, nació el 27 de marzo de 1942. Es considerado uno de los artífices del proyecto público de descriframiento del genoma humano (HGP).
Después de obtener un doctorado de química orgánica en la Universidad de Cambridge (1966), Sulston trabajó para el Salk Institute de La Jolla (California, EE.UU.).
De regreso a Cambridge en 1969, se consagró a la investigación del gusano caenorhabditis elegans. Junto con sus colegas de la Universidad de Washington, publicó el mapa genético de esta especie en 1990. Ocho años después, su equipo terminó el secuenciamiento, el primero que se realizó de un animal.
Entre tanto, en 1992, asumió la dirección del Sanger Centre que, con la ayuda financiera del Wellcome Trust -la fundación financiada por la firma farmacéutica británica Glaxo Wellcome-, se lanzó al ambicioso proyecto de secuenciación del genoma humano.
Científico discreto, que usa barba y calza sandalias y se describe a sí mismo como un "hijo de los años 60", es un implacable crítico de la mercantilización de la ciencia.
"Hay quienes quieren hacer pagar una fortuna a la especie humana por leer su propio código genético. Nosotros estamos aquí para decirles que el genoma humano no está en venta", declaró en 2001.