WASHINGTON.- El jefe de policía del condado de Prince George (Maryland), Gerald Wilson, dijo hoy que se han hallado pistas tras el último ataque de un asesino en serie que actúa como francotirador en el área de Washington.
Desde el miércoles pasado, seis personas murieron y dos resultaron heridas por ataques con un rifle de largo alcance en los condados de Prince George y Montgomery, en el estado de Maryland, y en la ciudad de Fredericksburg, en Virginia.
La víctima más reciente, un escolar de 13 años de edad, herido de bala ayer en Bowie cuando llegaba al colegio, se encuentra grave, después que fuera operado en el Centro Médico Nacional para Niños.
Esta mañana, Wilson manifestó a los periodistas que los investigadores "recuperaron algunas pruebas", pero se negó a exponerlas públicamente para no perjudicar la averiguación policial.
Se sabe que la policía allanó en las últimas horas una casa, pero las autoridades no han dado información sobre el progreso de la investigación.
En el condado de Montgomery, donde han ocurrido la mayoría de los ataques, los escolares han sido escoltados hasta sus colegios por familiares, policías y empleados de los servicios de emergencia, según confirmó hoy en rueda de prensa el jefe de policía local, Charles Moose.
Moose ha pedido al secretario de Justicia estadounidense, John Ashcroft, la colaboración de las agencias policiales federales en la investigación que, hasta ahora, poco ha progresado por la falta de pistas o una pauta en los ataques, puesto que parecen aleatorios.
El miércoles y jueves pasado, el francotirador mató en apenas 16 horas a cinco personas de entre 25 a 55 años de edad, el jueves a un hombre de 72 años, y el viernes una mujer de 43 años resultó herida de bala en Fredericksburg.
Los expertos en balística han informado que el tipo de bala usada, una de calibre 0.223, se usa en fusiles militares o rifles de largo alcance.
El Presidente de EE.UU., George W. Bush, condenó anoche, en un comunicado, los "actos de cobardía y sin sentido" cometidos por el francotirador y prometió a las autoridades locales de las zonas afectadas el apoyo federal para localizar al enigmático asesino en serie.
La policía ha ofrecido una recompensa de 50.000 dólares por pistas que lleven al francotirador y ha montado una línea telefónica gratuita para que la población les ayude a resolver el caso.