WASHINGTON.- El Pentágono refuerza y reubica las fuerzas norteamericanas en el golfo Pérsico en posiciones que les permitan un movimiento rápido contra el gobierno iraquí, aunque el Presidente George W. Bush afirma que la guerra no es inminente ni inevitable.
Dos flotillas de portaaviones, cada uno de ellos con unos 10.000 soldados e infantes de marina, se encuentran al alcance de Irak y dos más podrían sumárseles antes de fin de año.
La armada ha acelerado los programas de adiestramiento de otros barcos de guerra.
El portaaviones Lincoln llegó el mes pasado al golfo Pérsico, y el George Washington, que había estado de patrulla allí, fue transferido al Mediterráneo. El Lincoln lleva a bordo los primeros cazas F/A-18 Super Hornets que salen al extranjero.
Los aviones tienen un alcance mayor y mejores armamentos que los viejos F/A-18 Hornets.
El Harry S. Truman, basado en Norfolk, Virginia, debe comenzar un emplazamiento de seis meses a principios de diciembre, cuando reemplazará al George Washington, en tanto que el Constellation deberá ser emplazado hacia fines de año.
Una de las señales más significativos de los preparativos es la decisión del general Tommy Franks, que estaría encargado de cualquier guerra con Irak, de trasladar su grupo de estrategia en noviembre a un puesto de comando en Katar, un emirato del golfo Pérsico.
Los grupos de estrategia del Quinto Cuerpo del Ejército y de la Primera Fuerza Expedicionaria de la Armada son trasladados a Kuwait, dijeron este fin de semana funcionarios del Pentágono.
La armada ya tiene el comando central de la Quinta Flota en el golfo Pérsico, y la fuerza aérea tiene aviones de guerra y un puesto de mando en Arabia Saudí, aunque no ha podido determinarse con precisión si los saudíes permitirían su uso en el caso de una invasión a Irak.
Los Estados Unidos también tiene aviones de guerra y tropas en Kuwait, Bahrein, Omán, Turquía y en Asia Central, pero se desconoce si el Pentágono ha logrado acuerdos para utilizar las bases en esos países para una ofensiva.
Las fuerzas norteamericanas que han participado en ejercicios de entrenamiento en la zona del golfo Pérsico podrían entrar en acción a corto plazo si Bush decide atacar Irak.
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