NUEVA YORK.- Pakistán fue uno de los principales abastecedores de equipos y tecnología al programa nuclear secreto de Corea del Norte, según concluyeron fuentes de los servicios secretos estadounidenses citadas hoy por "The New York Times".
La transferencia, que pudo incluir centrífugas de gas para la fabricación de armamento con uranio, parece que formó parte de un acuerdo entre Pakistán y Corea del Norte alcanzado a finales de la década de los años 90, según el matutino neoyorquino.
A cambio de esta tecnología, Pyongyang abasteció a Pakistán con misiles para afrontar la amenaza nuclear de la India, según las mencionadas fuentes, que indicaron que China y Rusia fueron abastecedores "menos prominentes" al programa norcoreano.
El intercambio fue el resultado de "una perfecta convergencia de intereses", comentó al periódico un funcionario estadounidense conocedor del trabajo del servicio secreto.
La fuente explicó que Corea del Norte "tenía lo que necesitaban los paquistaníes y los paquistaníes tenían la forma para que (líder norcoreano) Kim Jong II pudiera reiniciar el programa nuclear que nosotros habíamos parado".
Este intercambio entre Corea del Norte y Pakistán ocurrió, al parecer, hacia 1997, alrededor de dos años antes de que el general Pervez Musharraf tomó el poder tras un golpe de Estado.
La relación entre los dos países parece haber continuado después de que Musharraf se convirtió en Presidente de Pakistán, señala el periódico, al afirmar que existen algunas pruebas de que la relación comercial entre Pakistán y Corea del Norte se extendió más allá del 11 de septiembre del 2001.
Un portavoz de la embajada pakistaní en EE.UU. calificaron las alegaciones de "totalmente incorrectas" y resaltó que "nunca hemos tenido un accidente o una filtración o cualquier exportación de material de fisión o de tecnología o de conocimiento nuclear".
La revelación de que Corea del Norte ha estado desarrollando en secreto un programa de armas nucleares ha despertado gran preocupación en el sudeste asiático y en Estados Unidos.
El Gobierno norteamericano ha optado, por el momento, descartar una acción militar contra Corea del Norte mientras estudia opciones diplomáticas para presionar a Pyongyang a suspender su programa de armas nucleares.
Como parte de esta campaña, el subsecretario de Estado de EE.UU., John Bolton, y el asistente del secretario de Estado, James Kelly, se encuentran hoy en Pekín para tratar sobre el problema.