CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II, que ya había establecido récords de nombramiento de santos durante su pontificado, puso el domingo a otros seis católicos en el camino a la santidad durante una solemne ceremonia en la Plaza de San Pedro.
Entre los seis nuevos beatos de la Iglesia Católica se encuentran dos ugandeses, tres italianos y una francesa. Todos vivieron durante el siglo XIX o el XX.
El Papa, quien se encuentra en su año número 25 como Pontífice, ha beatificado o canonizado a más personas él sólo que todos sus predecesores juntos.
Incluyendo a los de la ceremonia del domingo, hasta el momento ha beatificado a 1.303 personas y ha convertido a otras 465 en santos. La beatificación es el paso previo a la santidad.
Indios y africanos cantaron, bailaron y tocaron música autóctona de sus tierras durante la ceremonia, a la que asistieron decenas de miles de personas bajo un cielo despejado en la plaza ante la Iglesia más grande de la cristiandad.
Los ugandeses beatificados fueron Daudi Okelo y Jildo Irwa, ambos asesinados en Uganda en 1918.
Los dos eran adolescentes de la tribu acholi convertidos al cristianismo por misioneros a comienzos del siglo XX y trabajaron como profesores de religión.
Los dos muchachos fueron asesinados en la aldea de Paimol por hombres que los atravesaron con lanzas después de que se negaran a dejar de adoctrinar a la población de la región.
Otra persona beatificada el domingo fue Helene Marie Philippine de Chappotyin de Neuville, una francesa que trabajó en la India en el siglo XIX y que fundó una orden de monjas misioneras.
También fue beatificado el obispo italiano Andrea Giancinto Longhin, quien murió en 1936.
Los otros beatificados fueron Marcantonio Durando, un cura italiano que fundó una orden de monjas en el siglo XIX, y Liduina Meneguzzi, una monja italiana que vivió en el siglo XX.
Los ugandeses fueron beatificados como mártires por haber muerto en defensa de su fe.
Los otros cuatro fueron beatificados porque varios enfermos que les rezaron pidiéndoles ayuda se curaron milagrosamente de sus males.