BAGDAD.— Gritos y cantos de júbilo emanaban de las cárceles iraquíes a medida que salían prisioneros, beneficiados con una amnistía general decretada por el gobierno en agradecimiento por haber reelegido al Presidente Saddam Hussein.
Estados Unidos, sin embargo, calificó la medida de un gesto desesperado de Saddam por ganarse la simpatía de su pueblo y el apoyo internacional.
El Presidente George W. Bush desea derrocar a Saddam y lo acusa de almacenar armamento de destrucción masiva, de dar refugio a terroristas y de reprimir brutalmente a su pueblo.
Las manifestaciones de júbilo duraron todo el día, y parte de la noche, en un despliegue público de apoyo a Saddam hasta ahora nunca visto.
Los liberados repetían "¡Sacrificamos nuestra sangre y nuestras almas por Saddam!".
"Estamos listos para defender a nuestro líder y a la nación con nuestra sangre", dijo Ali Karim Hassan, que abandonó la cárcel de Abu Ghareb, luego de haber estado preso siete años de una sentencia de 10 por el robo de una máquina soldadora.
En el vecino Irán, refugio de los opositores musulmanes chiítas del régimen de Saddam, uno de los líderes religiosos chiítas, el ayatolá Mohamad Taqi Modarressi, dijo que no sabía que algún prisionero político chiíta prominente hubiera sido liberado y denunció que, de cualquier manera, todo Irak es una prisión.
"Hoy, el pueblo iraquí, más que cualquier otro, desea libertad de esa gran prisión que el régimen opresor ha creado", señaló Modarressi en una declaración divulgada el lunes por The Associated Press.
Sobhi Al Jumaily, representante en Londres del Partido Comunista Iraquí, dijo en entrevista telefónica con AP en El Cairo, que no tenía confirmación de que alguno de los cientos de miembros del partido encarcelados por Saddam hubiera sido liberado, incluyendo a líderes como Safa Al Hafedh, Sabah Al Dorra y Aida Yassin.
Entre los presos políticos iraquíes más prominentes de está Aziz Seyed Jassim, escritor, periodista y ex comunista que fue arrestado en 1991 después de la Guerra del Golfo Pérsico por publicar exhortos por una mayor democracia en Irak.
Al Jumaily dijo que muchos de los opositores detenidos probablemente no se beneficiarán con la amnistía porque el régimen no los apresa según las normal usuales, sino que los detiene en sitios informales como la sede del Comité Olímpico Nacional o palacios presidenciales.
"¿Quién puede estar seguro de que miles de personas detenidas allá serán liberadas?" cuestionó Al Jumaily.
Amnistía Internacional, que ha acusado a Irak de mantener decenas de miles de prisioneros políticos, envió una carta al gobierno iraquí el lunes elogiando la amnistía pero preguntando los nombres de los detenidos políticos que se beneficiarían.
Los funcionarios iraquíes no dijeron a cuantos prisioneros cubriría la amnistía. Los periodistas vieron a miles abandonar las prisiones, muchos de ellos seguramente delincuentes comunes.
El decreto anunció la amnistía para "cualquier prisionero o arrestado por razones políticas o de otra índole".
Pero en una de las transmisiones del domingo, el ministro de Justicia Munthir al-Shawi dijo que la amnistía no se extenderá a aquellos que espiaron "para la entidad sionista", refiriéndose a Israel, y para Estados Unidos.