MELBOURNE, Australia.- Los bomberos del estado de Nueva Gales del Sur (sudeste de Australia), reconocieron hoy que han perdido el control de los más de 65 incendios forestales que arrasan el territorio desde hace dos semanas.
Con vientos de hasta 60 kilómetros por hora, los centenares de bomberos que trabajan en el área han abandonado el intento de controlar las llamas y se limitan a mantenerlas distantes de las zonas pobladas.
El portavoz del Servicio Rural de Bomberos, Phil Koperberg, anunció una prohibición total de encender fuego en Nueva Gales del Sur e informó de que las llamas arrasaron hoy una propiedad en el norte del estado, con lo que ascienden a 14 las viviendas destruidas en la región.
En Hunter Valley, a unos cien kilómetros al norte de Sydney, los bomberos han perdido el control sobre un frente de cinco kilómetros que se está acercando a zonas pobladas y amenaza con destruir varios hogares en la localidad de Cessnock, alertó Koperberg.
Además, diferentes frentes en la costa y en la zona de las Montañas Azules también amenazan con atravesar las barreras de contención creadas durante la pasada noche por los equipos de bomberos.
Las mismas condiciones se repiten en el estado de Queensland, donde la Oficina de Meteorología alertó de que los vientos están extendiendo las llamas, que ya han arrasado más de 14.000 hectáreas, hacia áreas pobladas, consideradas de alto riesgo.
Tanto en Nueva Gales del Sur como en Queensland, al humo de los fuegos se ha sumado hoy una tormenta de arena que ha dejado a los dos estados cubiertos por una espesa niebla.
Los incendios forestales que suelen amenazar Australia en la época de verano comenzaron este año antes a causa de la fuerte sequía que sufre el país.
El año pasado, Australia sufrió la peor temporada de incendios de los últimos años, con llamas que destruyeron en cerca de un mes unas 550.000 hectáreas de bosques y parques naturales en los alrededores de Sydney.
