MANILA.- Cinco presuntos miembros del grupo fundamentalista islámico Abu Sayaf, arrestados en conexión con una mortífera serie de atentados en el sur de Filipinas, "fueron atrapados con las manos en la masa" cuando se aprestaban a lanzar otro ataque, dijo el miércoles la presidenta Gloria Macapagal Arroyo.
Funcionarios dijeron que los hombres admitieron haber participado en la colocación de bombas en dos tiendas por departamentos en el centro de Zamboanga el jueves pasado, en que murieron siete personas y 152 resultaron heridas, y haber detonado explosivos en un santuario católico el domingo. En esa ocasión, una persona murió y 18 resultaron heridas.
Los hombres fueron arrestados el martes en un apartamento de Zamboanga y trasladados a Manila.
"Sin entrar en detalles, creo que es importante revelar que fueron virtualmente atrapados con las manos en la masa cuando se disponían a preparar el siguiente atentado", dijo Arroyo en declaraciones difundidas por la televisión filipina.
El comandante regional de la policía, Simeon Dizon, dijo que los detenidos dijeron a la policía que sus colegas perpetraron un atentado el 2 de octubre en Zamboanga que mató a un soldado norteamericano y tres filipinos. La policía los busca.
El jefe del Grupo de Investigación Criminal de la policía, Eduardo Matillano, dijo que los hombres serán acusados de homicidio e intento de homicidio. Ellos aseguran que actuaban bajo órdenes de Abu Sulaiman, un dirigente de Abu Sayaf. Los investigadores han dicho que el grupo tiene vínculos con la red Al Qaeda.
"Confesaron que fueron responsables del atentado con bomba", dijo Matillano en alusión a las explosiones en la tienda y la del domingo en el santuario.
Dijo que la policía se apoderó de documentos que confirman que los hombres planificaban nuevos atentados.
El jefe de la policía nacional, Hermogenes Ebdane, dijo que hasta el momento no se ha comprobado que tuvieran vínculos con grupos extranjeros.
La policía confiscó dos pistolas calibre 45, un manual sobre fabricación de coches bomba, un comprobante de paquetes dejados en depósito en la tienda Shop-o-Rama y un recibo por la bicicleta que presuntamente usaron en el atentado contra el santuario.