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Lula y Serra por la presidencia de Brasil

Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores y José Serra, del Partido Social Democracia Brasileña, en el poder, intentarán captar el mayor número de votos en busca del triunfo este domingo.

25 de Octubre de 2002 | 14:52 | Agencias, El Mercurio en Internet
BRASILIA.- Los candidatos a la presidencia de Brasil se preparaban el viernes para un debate final en televisión, que difícilmente alterará la marcha del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva hacia una amplia victoria sobre el oficialista José Serra en la elección del domingo.

"Desde el punto de vista técnico, la elección está definida", reconoció Clésio Andrade, electo vicegobernador del rico estado de Minas Gerais en una fórmula encabezada por un político del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Serra.

Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), será electo presidente en la segunda vuelta electoral del domingo, según todos los sondeos de intención de voto, tras ganar la primera ronda del 6 de octubre pero sin alcanzar la mayoría necesaria para una victoria definitiva.

Dos encuestas divulgadas el jueves confirmaron el amplio favoritismo de Lula, un ex obrero metalúrgico que moderó su discurso socialista del pasado y se alió a un partido de centro derecha en su cuarto intento de alcanzar la presidencia.

El instituto Toledo & Asociados otorgó a Lula un 63,7 por ciento de las preferencias, con 26,3 para Serra, en un sondeo para la revista IstoE realizado entre el 19 y 21 de octubre, y que tuvo un margen de error de 2,09 puntos porcentuales.

Por su parte otra encuesta del Instituto Sensus, encargada por la Confederación Nacional del Transporte, adjudicó a Lula un 57,8 por ciento de las intenciones de voto, frente a un 31 de Serra. El estudio, realizado entre el martes y el jueves, tuvo un margen de error de tres puntos porcentuales.

Sin embargo Serra, correligionario político del saliente mandatario, Fernando Henrique Cardoso, no se ha dado por vencido e insiste en que dará una "sorpresa" el domingo.

Con todos los actos de campaña concluidos, los candidatos dedicaron el día a preparar el único debate de la campaña hacia la segunda y definitva vuelta, fijado para la noche del viernes y que será transmitido por la Red Globo, la mayor cadena de televisión del país.

Lula ganó la primera vuelta con 46,4 por ciento de los votos, sacandole una ventaja de casi 20 millones de votos a Serra, quien obtuvo el 23,2 por ciento pero como segundo candidato más votado ganó el derecho a ir a la segunda vuelta con el ex sindicalista.

Además de presidente, los brasileños definirán el domingo los cargos de gobernador en 13 de los 26 estados del país y en el Distrito Federal, donde también se determinó la necesidad de una segunda vuelta en las elecciones generales del 6 de octubre.

En estos comicios, considerados clave por el poder e influencia que tienen los gobernadores sobre las bancadas de diputados federales de sus distritos, el PT disputa los gobiernos de siete estados, entre ellos dos de los cinco mayores del país -Sao Paulo y Rio Grande do Sul- y en el Distrito Federal.

En la primera vuelta el PT logró imponer sus candidatos en otros dos estados.

El amplio favoritismo de Lula, sin embargo, le quitó atractivo a un debate de televisión en el que Serra había centrado sus expectativas de revertir una tendencia que parece muy difícil de modificar, incluso, según analistas, con un desempeño regular de Lula.

En una encuesta en el sitio de Internet del diario "O Globo" más de 86 por ciento consideró que el desempeño de los candidatos no influira sobre el resultado de la elección.

Pese a que la elección ya está aparentemente decidida, muchos automovilistas circulaban por las calles de Brasil ondeando banderas de su candidato preferido.

En el debate, que durará dos horas y tendrá un inédito formato en la corta historia de la democracia brasileña tras el fin de la dictadura que gobernó al país hasta 1985, no habrá una confrontación directa entre los candidatos, que deberán responder a preguntas de electores indecisos preseleccionados.

Brasil enfrenta una fuerte turbulencia económica que ha depreciado severamente su moneda y que en parte es atribuida a la desconfianza de los inversores por la posibilidad de que la izquierda gobierne el país, el más grande y poblado de América Latina y con la novena mayor economía del mundo.

El PT, sin embargo, se ha comprometido con políticas de rigor fiscal y una baja inflación y ha asegurado que está dispuesto a aumentar el superávit primario de la economía para garantizar la salud de las cuentas públicas.

Enorme desafío

Pero de llegar al gobierno el PT cargará el peso de satisfacer las expectativas que sus promesas de mejoras despertaron en una población sedienta de cambios tras ocho años de gobierno de Cardoso, que inició el primero de sus dos mandatos consecutivos en 1995, en un país con un creciente desempleo y una economía amenazada por la recesión.

"Lula está llamado a reducir el desempleo y a aumentar los salarios, sin sacrificar la estabilidad de los precios (...). Desafío nada trivial en cualquier circunstancia, pero que se torna ciclópeo en las infernalmente adversas circunstancias internacionales", escribió el prestigioso columnista Clovis Rossi en la edición del viernes de Folha de Sao Paulo.

La saliente administración de Cardoso dijo que no tomará ninguna decisión relevante sin consultar al presidente que resulte electo y anunció que desde el martes comenzará a funcionar un equipo de transición de gobierno, cuyo funcionamiento será financiado por la Presidencia.

La perspectiva de una transición ordenada y de un escenario político más calmo tras las elecciones llevó a la moneda local, el real, a experimentar una fuerte apreciación el jueves a 3,81 unidades por dólar y el viernes mantenía esa tendencia, cotizando a 3,79.
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