SAN BLAS, México.- La mayoría de las casas en este puerto pesquero fueron reducidas a escombro, decenas de zonas costeras quedaron totalmente aisladas y fuertes inundaciones con más de un metro de agua se observaron en algunas calles del balneario mexicano de Puerto Vallarta, después que el enorme huracán Kenna azotó con furia a la costa mexicana del Pacífico.
Los inmisericordes vientos de hasta 230 kilómetros por hora (140 millas por hora) arrancaron árboles de raíz, se llevaron los techos de casas y lanzó automóviles en la población portuaria de San Blas, una localidad de 8.000 habitantes que era popular entre los turistas aventureros.
Kenna, reducida a depresión tropical, seguía lanzando grandes cantidades de lluvia contra las montañas del norte de México.
Las autoridades del fronterizo estado de Tamaulipas, que llegaron a prever inundaciones, ordenaron la evacuación de miles de personas que habitan en comunidades erigida cerca de los ríos y laderas de las montañas.
Por su parte, el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida, informó que Kenna, convertido en depresión tropical, deberá disiparse en las montañas de México en las próximas horas.
"De pronto el viento vino rugiendo desde las montañas y al mismo tiempo más viento arrastraba agua del mar. Las dos fuerzas chocaron en medio. Algunas hojas de metal comenzaron a volar, los árboles comenzaron a estrellarse en el suelo y los techos de las casas fueron arrancados, fue realmente horrible", comentó el policía Sergio Ramón González, de 20 años.
No se informó de víctimas mortales, pero las autoridades indicaron que más de 150 personas en los estados costeros de Jalisco, Nayarit y Sinaloa, sufrieron lesiones por los escombros que eran arrastrados por los vientos.
