BRASILIA.— Brasil elegirá este domingo a un nuevo presidente bajo la atenta mirada de los inversionistas y con un mercado que se recuperaba después de sufrir turbulencias económicas ante la posible elección del candidato izquierdista.
Luiz Inacio "Lula" da Silva, que superaba en las encuestas de opinión por un amplio margen al conservador José Serra, ha desarrollado en los últimos meses un intenso trabajo para calmar a los empresarios que lo veían como un "peligro" para la estabilidad económica.
La reacción del mercado el viernes con la recuperación de la cotización del real y el alza en la bolsa de valores de Sao Paulo mostró que el trabajo de Lula rindió sus frutos junto a su promesa de negociar un pacto social con los sindicatos y los empresarios.
Lula, un histórico líder del sindicato de los metalúrgicos, aseguró que si es presidente introducirá gradualmente cambios en la política económica para darle un mayor contenido social, pero respetará los acuerdos internacionales de Brasil con la banca internacional.
En reiteradas oportunidades dijo que si bien es un sindicalista, considera al empresariado como vital para que Brasil retome el crecimiento, produzca nuevas fuentes de empleo y contribuya en la lucha contra la pobreza.
Lula podría constituirse el domingo en el primer presidente de izquierda de Brasil en los últimos 40 años, si se confirman en las urnas los estudios de opinión realizados por diversos institutos.
Será la cuarta vez que Lula intenta llegar a la presidencia. Fracasó en 1989, 1994 y 1998 al ser derrotado por Fernando Collor de Mello, y en dos oportunidades por Fernando Henrique Cardoso, a quien podría suceder en el poder desde el 1 de enero de 2003.
Lula da Silva es postulado por un frente de oposición encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT), mientras que Serra es el candidato de la coalición gubernamental.
Más de 115 millones de ciudadanos irán a las urnas
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Nelson Jobim, manifestó este sábado que todo está listo para la mayor elección de Brasil en los últimos 20 años, con la habilitación para votar de 115,2 millones de ciudadanos, más del 50% mujeres.
El 2002 fueron habilitados unos 9 millones de electores más que en los comicios de 1998.
Lula ganó la primera elección el 6 de octubre pero no fue proclamado presidente porque no consiguió más del 50% de los votos exigidos por la Constitución, por lo que deberá disputar el domingo una segunda ronda con el segundo candidato más votado.
Desde el inicio de la campaña electoral las encuestas dieron a Lula da Silva la preferencia de voto con mucha distancia sobre sus contendientes, lo que se confirmó en la primera vuelta electoral en la que votaron unos 85 millones de ciudadanos.
Jobim dijo que se espera que el domingo concurran a votar a las urnas electrónicas por lo menos 110 millones de electores. Agregó que se estima que los brasileños conocerán el nombre de su nuevo presidente antes de la medianoche.
Los sondeos realizados los últimos días por los institutos Ibope, Vox Populi y Sensus dieron a Lula del 59 al 66% de la preferencia ciudadana contra unos 32 a 34% de Serra.
Los dos candidatos se enfrentaron el viernes por la noche en un debate organizado por la red Globo de televisión que tuvo una audiencia de aproximadamente 80 millones de televidentes.
Si las encuestas no se equivocan, Lula da Silva podría convertirse el domingo en el primer presidente de origen sindical y de izquierda en Brasil.
Lula da Silva, de 56 años, dijo que esperará la conclusión de la votación antes de cantar victoria, pero sus asesores ya prepararon concentraciones populares de festejo en las principales ciudades.
En Brasilia, las banderas rojas con la estrella blanca, que representa al PT, han sido colocadas en los supermercados, centros de estacionamiento de vehículos, las calles y avenidas y en otros lugares estratégicos.
Lula aseguró que si es elegido presidente implementará un gran diálogo nacional para luchar contra la pobreza, retomar el crecimiento económico y fortalecer la democracia.
Serra dijo que si accede al poder dará mayor vigor a los programas económicos y sociales del actual gobierno encabezado por Fernando Henrique Cardoso.
Los brasileños no solamente elegirán el domingo al presidente y vicepresidente de la República, también deberán emitir su voto para definir 14 de los 27 gobernadores estaduales. Los otros 13 fueron elegidos el 6 de octubre al ganar con más de la mitad de los sufragios.