SAO PAULO.- El socialista Luiz Inácio Lula da Silva se atribuyó implícitamente la victoria al votar hoy en la segunda vuelta de las presidenciales y afirmó que en Brasil empieza ahora "una nueva era".
"Sólo lamento llegar al poder 22 años después de la muerte de mi madre", declaró en medio de una multitud que le esperó a las puertas de un colegio público en Sao Bernardo do Campo, donde en 1980 fue fundado el Partido de los
Trabajadores (PT).
Lula, que hoy cumple 57 años, aseguró que es el día "más feliz de su vida" y que en Brasil "está comenzando una nueva era".
En medio del estruendo de cientos de percusionistas que saludaron su llegada al centro de votación con ritmos típicamente brasileños, Lula agradeció "los millones de votos" que, vaticinó, recibirá en las elecciones de hoy.
Lula llegó a tropezar y casi caer cuando salía del colegio electoral, ante la presión de decenas de periodistas que procuraban una declaración.
La multitud que le recibió ondeaba banderas del PT, otras con imágenes del Che Guevara y otras del Partido Comunista de Brasil, y le cantó el "cumpleaños feliz".
Lula, el favorito
Millones de brasileños iban a las urnas el domingo para elegir al presidente que los conducirá durante los próximos cuatro años, y todas las encuestas colocan a Luiz Inacio Lula da Silva como el probable vencedor y el primer presidente de izquierda en Brasil en casi 40 años.
Lula, quien cumple años el domingo, fue recibido con fiesta por sus seguidores en el colegio de Sao Paulo donde emitió su voto. Poco después de votar, manifestó que está feliz "porque la democracia en Brasil se consolida con las elecciones". Agregó que si los brasileños le dan su voto "seré el presidente que pasará a la historia como un verdadero servidor del pueblo".
A su vez el candidato gobiernista José Serra, votando también en Sao Paulo, dijo confiar en que el pueblo "vuelque los resultados de las encuestas en favor de un candidato que tiene experiencia para gobernar".
"Estoy confiado porque el pueblo brasileño está cada vez más maduro en democracia y sabrá dar valor a su voto", agregó.
El Presidente Fernando Henrique Cardoso, quien votó igualmente en Sao Paulo, expresó su satisfacción porque las elecciones se realizan con la mayor transparencia y en procura de consolidar aún más la democracia.
Cardoso, quien entregará el 1 de enero el poder al ganador de las elecciones del domingo, dijo que se retirará de la política activa "pero seguiré contribuyendo para el desarrollo del país".
Según sus allegados, Cardoso fundará una organización no gubernamental que trabajará en el desarrollo político y social de Brasil.
Cardoso descartó la posibilidad de presentarse como candidato en las elecciones del 2007.
"En enero cumpliré ocho años al mando de Brasil, tengo más de 70 años, creo que llegó la hora de que otros líderes políticos contribuyan con su experiencia y esfuerzo para el crecimiento de Brasil", anotó.
Los dirigentes del partido de Lula, el izquierdista Partido de los Trabajadores, anunciaron que a la conclusión de la votación se realizarán festejos en todo el país para conmemorar "la victoria del pueblo con Lula", según dijeron en Brasilia.
Más de 115 millones de brasileños están habilitados para votar. La población del país es de 175 millones.
Cerca de medio millón de urnas electrónicas fueron activadas poco antes de las 8 de la mañana (1100 GMT) y debían permanecer abiertas durante nueve horas.
A causa de los tres husos horarios vigentes en Brasil, en algunos lugares la votación empezó una hora antes que en Río de Janeiro, Brasilia o Sao Paulo, y en otras hasta dos horas después.
Una encuesta del instituto Datafolha publicada en su edición del domingo por el diario Folha de S. Paulo mostraba a Lula, como universalmente se lo conoce, con el 64% de las preferencias de voto entre 10.356 personas encuestadas en 351 municipios en todo Brasil.
Serra, candidato oficial y ex ministro de Salud, tenía el 34% de los votos.
El informe de la encuestadora subraya que si los porcentajes se confirman, Lula podría obtener más de 60 millones de votos, lo que lo convertiría en el presidente más votado de toda la historia política de Brasil y de las democracias latinoamericanas con voto directo.
Silva podría ser también el primer líder de un partido político de izquierda que llega a presidente a la cabeza de su organización. El último presidente de izquierda en Brasil, Joao Goulart, depuesto en 1964 por un golpe militar, había sido electo vicepresidente de Janio Quadros, quien renunció.
Lula es dirigente del Partido de los Trabajadores, al frente del cual ha sido candidato presidencial en tres ocasiones anteriores desde 1989. Serra es del gobiernista Partido Social Demócrata Brasileño.
Las elecciones del domingo son una segunda vuelta, convocada luego que en la primera, celebrada hace tres semanas, ninguno de los dos candidatos obtuvo más de la mitad de los votos.
Lula, un ex obrero y líder sindical, sería también el primer civil en llegar a la presidencia desprovisto de diploma universitario.
Su falta de educación superior fue frecuentemente citada por su rival Serra como razón para no elegirlo.
Ese argumento aún prevalecía entre algunos votantes el domingo.
"Es un deber de ciudadana votar por Serra", dijo Tereza Cristina Andrade, tras emitir su decisión en el centro de Sao Paulo. "Es lo que todos los que tienen conciencia sobre la realidad de este país y sus necesidades deberían hacer".
Pero el razonamiento, al parecer prevaleciente, era otro: "Yo voto por Lula, es la mejor garantía de que habrá trabajo y que no perderé el mío", dijo Severino Salgueiro, al salir del mismo centro de sufragio.
La votación transcurría normalmente en todo el país, desde los remotos lugares de la selva hasta la costa atlántica.