BOGOTA.- Comisiones oficiales que llegaron a la zona de desastre del norte de Colombia, tras un alud que anegó varios caseríos, tratan hoy, sábado, de establecer la cifra de muertos, que oscila entre cuatro a setenta, según las distintas fuentes.
Si bien el médico Pablo Rodríguez, director del hospital de Montecristo, municipio en el que se registró la tragedia, dice que hay unas setenta víctimas mortales, otras autoridades han informado de cuatro muertos y 35 desaparecidos.
Por su parte, la alcaldesa de Montecristo, Carmen Duarte, dijo también hoy que sólo se han confirmado siete muertos y 35 desaparecidos en las aldeas anegadas a comienzos de la semana.
Algunos de los damnificados que llegaron al casco urbano de Montecristo, a unos 800 kilómetros al norte de Bogotá, señalaron que varias pequeñas aldeas resultaron arrasadas y decenas de sus habitantes murieron ahogados y otros deambulan por sabanas anegadas.
Equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Defensa Civil, la Red de Solidaridad Social, el Ministerio de Salud y la Fiscalía General, recorren el departamento de Bolívar (norte), en la zona de influencia del río Nechí, territorio de la catástrofe.
El viernes llegó a la zona el propio ministro de Trabajo y Salud, Juan Luis Londoño, quien se declaró impresionado por la magnitud de las inundaciones en la región de explotación aurífera, debido a la intensidad de las lluvias de las últimas semanas.
Londoño llegó a la zona con varias toneladas de ayuda oficial, medicinas, frazadas y alior la Oficina Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, consistentes también en alimentos y medicinas así como hamacas, cocinas, mangueras y láminas de zinc para techos de viviendas, entre otros.
Algunos de los residentes en Montecristo declararon hoy a enviados de emisoras de radio que el peligro persiste en la región, por cuanto no han mermado las lluvias y temen que se produzcan nuevos deslizamientos.
Los caseríos más afectados son los de El Dorado, Canónico y San Mateo, pero también en el casco urbano de Montecristo se teme que se registre un alud ante el riesgo de desprendimiento de riadas desde la Serranía de San Lucas hacia el mismo municipio.
’’Uno no puede dormir tranquilo’’, señaló un habitante de Montecristo, quien explicó que el cerro vecino, en la parte alta del pueblo, ’’está agrietado y las quebradas filtran’’, por lo que se puede generar un enorme deslizamiento.
"Cuando llueve de noche, copiosamente, la gente se mantiene alerta. Se duerme con un ojo abierto", subrayó el mismo vecino.
Las lluvias ocasionaron derrumbes y desbordamientos de ríos a comienzos de semana, pero sigue sin confirmarse el número de víctimas mortales, desaparecidos y damnificados.
El ministro Londoño sobrevoló el viernes y hoy, en helicóptero, las aldeas sepultadas por el lodo, rocas y madera de árboles arrancados de cuajo, que pudo haber sepultado a decenas de personas.
’’Vamos a ayudar en la reconstrucción porque, por lo que estamos viendo, hay una grave situación de deterioro económico muy grande’’, dijo el ministro Londoño a periodistas.
La Presidencia colombiana anunció el viernes que el Consejo de Ministros aprobó un presupuesto de 1,5 millones de dólares para que la Oficina Nacional para Prevención y Atención de Desastres pueda atender la emergencia.
Desde Cartagena, capital de Bolívar, el gobernador de ese departamento, Luis Daniel Sánchez, anunció también que el jueves, cuando se informó del desastre, envió una comisión para realizar un censo de afectados y necesidades, para organizar las ayudas.
La tragedia, al parecer, se debió a la explotación de oro por veta, ya que la tierra erosionada pudo haber taponado varias vías que rompieron su represamiento y al salir las aguas, anegaron las tres aldeas.
Las autoridades locales calculan que las inundaciones destruyeron unas 500 viviendas humildes en los caseríos arrasados.